Las reacciones de Messi y Maradona, los trucos de la altura y el premio de Evo Morales: los secretos del hombre que preparó a Bolivia previo al histórico 6-1 ante Argentina

A 10 años de uno de los capítulos más negros de la historia de la selección argentina, uno de los entrenadores bolivianos reveló todas las intimidades y detalles

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1° de abril de 2009. La Selección venía de debutar con Diego Maradona como técnico después de la inesperada salida de Alfio Basile (post derrota con Chile en Santiago). Argentina había goleado 4-0 a Venezuela en Buenos Aires y llegaba a la altura de La Paz en el segundo puesto de las Eliminatorias rumbo a Sudáfrica 2010.

Por su parte, Bolivia apenas había podido sacar provecho de las condiciones climáticas del estadio Hernando Siles en los triunfos ante Paraguay y Perú (sobre cinco disputados en condición de local), pero cuatro días antes había caído con Colombia en Bogotá, resultado que lo mantenía anteúltimo en la tabla de posiciones.

Erwin Sánchez, emblemático ex futbolista de la selección boliviana que disputó el Mundial de Estados Unidos 94, era su entrenador. Viajó a territorio colombiano con una parte del plantel y dejó un grupo trabajando en la altura bajo las órdenes de su colaborador, William Ramallo, quien fuera goleador de las Eliminatorias en 1993 y jugara junto a él la Copa del Mundo al año siguiente.

El plan fue claro: eligieron a los jugadores que estaban más acostumbrados a jugar en el llano -Santa Cruz de la Sierra y Cochabamba, principalmente- para volar a Colombia y armaron una estrategia diferente para recibir a Argentina con los que estaban más adaptados a la altura.

Arriba: Demichelis, Carrizo, Gago, Lucho
Arriba: Demichelis, Carrizo, Gago, Lucho González y Heinze. Abajo: Messi, Tevez, Zanetti, Maxi Rodríguez, Papa y Mascherano (Foto Baires)

De los once que habían salido a jugar en Bogotá repitieron solamente Carlos Arias, Juan Manuel Pena, Ronald Rivero, Ronald García y Didi Torrico (luego ingresó Walter Flores). Frescos estaban Leonel Reyes, Luis Ribeiro, Joaquín Botero, Abdon Reyes y Marcelo Martins (más García y Saucedo). Se dividieron: 7 y 7.

En diálogo con Infobae, el preparador William Ramallo reveló los detalles tácticos: "Trabajé bastante el aspecto mental. Había que pensar de prisa y actuar de prisa, factores fundamentales en el fútbol. No le gana el equipo más grande al más pequeño, le gana el más veloz al más lento. Metimos eso en la cabeza de los jugadores. Hicimos foco en el pressing y la velocidad".

A Maradona no le asustó el "fantasma de la altura" y puso en cancha a ocho futbolistas que venían de jugar en cancha de River ante Venezuela. Ensayó apenas tres modificaciones: Martín Demichelis por Marcos Angeleri, Emiliano Papa por Jonás Gutiérrez y Lucho González por Sergio Agüero. El 11 albiceleste formó con Juan Pablo Carrizo, Javier Zanetti, Demichelis, Gabriel Heinze, Papa; González, Fernando Gago, Javier Mascherano, Maxi Rodríguez; Carlos Tevez y Lionel Messi.

De antemano, la Albiceleste arrancó abajo en el tanteador. "Argentina no debió aceptar jugar el partido a las 15:30. Cuanto más temprano se juega en La Paz, más se siente la altura, debido a que el viento es más seco. Las estadísticas dicen que las pocas victorias de los equipos del llano en La Paz suelen ser de noche, cuando hay humedad y mejor oxigenación. Por el contrario, las goleadas de los anfitriones son en turno vespertino", contó Ramallo, quien obviamente guardó ese secreto en la previa del cotejo.

El gesto de Maradona en
El gesto de Maradona en Bolivia lo dice todo: su equipo protagonizó una de las peores derrotas en la historia de la Selección (Foto Baires)

Los primeros minutos de partido evidenciaron que la planificación de los locales estaba surtiendo efecto. Argentina no daba pie con bola y sufría el agobio del rival, que pretendía sacar ventaja desde el arranque y lo consiguió a través de Marcelo Martins, a los 12′.

El equipo conducido por Maradona acusó el golpe e intentó salir. Tomó oxígeno cuando promediaba el primer tiempo gracias a un remate de larga distancia de Lucho González, autor del 1-1 parcial con la complicidad del arquero Arias, de floja respuesta.

Más de 30 mil personas fueron testigos presenciales del penal infantil de Zanetti a Da Rosa y la anotación de Botero, el ex atacante de San Lorenzo, quien terminaría siendo la gran figura de la tarde.

En una de las últimas de la etapa inicial, Argentina buscó equilibrar otra vez con un tiro libre lejano de Messi que terminó en las manos del guardameta boliviano. El contragolpe fue letal: Botero le comió la espalda a Papa, desbordó y centró para Da Rosa, que ejecutó de cabeza a Carrizo. Así, se fueron 3-1 a los vestuarios.

Los argentinos más optimistas que creyeron que había pasado lo peor no tenían idea de lo que vendría. Una combinación ofensiva entre Martins y Botero culminó con el 4-1 para los locales a los 10′ del complemento. Para colmo, un joven Ángel Di María se fue expulsado a 7 minutos de haber sustituido a Maximiliano Rodríguez. Instantes después, llegó el quinto: un balón aéreo frontal cayó en la espalda de los centrales, Papa no pudo cerrar a Botero y facturó su hattrick.

"Desde el campo de juego, los argentinos decían 'ya no más'. Era lo que comentaron Torrico, Martins y Botero, que mostró su actitud en el festejo del quinto gol cruzando sus brazos en señal de 'basta'", recordó el estratega de la Verde, quien aseguró que hubo "respeto por la vergüenza que estaban pasando" y que por eso sacaron el pie del acelerador. No obstante, hubo un sexto gol boliviano por el tiro de media distancia de Didi Torrico que se le escurrió a Carrizo.

William Ramallo reflejó el estado de ánimo de Lionel Messi y Diego Maradona aquel día.

Messi sufriendo la altura de
Messi sufriendo la altura de La Paz en el estadio Hernando Siles: fue un calvario para él (Foto Baires)

"Maradona ya había jugado alguna vez en la altura y sabía lo que era, pero igualmente vino con muchos futbolistas que jamás lo habían hecho sobre el nivel del mar. Es difícil sobreponerse a la incomodidad que genera. No esperó la goleada y, durante el partido, sus caras lo dijeron todo", sentenció.

Y de la Pulga detalló: "Estaba shockeado, ausente, sin tener idea de lo que estaba sucediendo. El jugador que ya ha jugado en la altura tiene la ventaja fisiológica de acordarse de lo que va a sufrir, pero esta era la primera vez de Messi y él no tenía idea. Seguramente el 6-1 le habrá generado un trauma que no se olvidará nunca".

Carrizo fue una de las
Carrizo fue una de las grandes víctimas de Bolivia en La Paz: ese partido marcó su carrera (Foto Baires)

La algarabía de pueblo boliviano fue total, aunque el entrenador resaltó una y otra vez que primó el respeto frente a las figuras argentinas que habían acudido a esta cita y el mal momento que estaban pasando. "Fue euforia sin burla. Hubo consideración por lo que sentían", dijo.

Pese a no haberse clasificado al Mundial, aquella Bolivia también será recordada por haberle hecho partido a Brasil como visitante (0-0 con un jugador expulsado en los últimos 40 minutos) y derrotar en La Paz al equipo dirigido por Dunga con estrellas de la talla de Julio César, Dani Alves y Adriano. Argentina, que selló su boleto a Sudáfrica 2010 con angustia contra Uruguay en Montevideo, lucirá siempre esta mancha.

EL PREMIO DE EVO MORALES

"Soy muy amigo del Presidente, solíamos tener largas charlas de madrugaba cuando me llamaba. Por eso en confianza, le pedí una motivación, un premio económico para los muchachos", confesó William Ramallo.

Evo es seguidor del fútbol (simpatizante del Bolívar) e incluso el año anterior había invitado a Diego Maradona a jugar un amistoso en el mismo escenario. "Le hemos demostrado a la FIFA que se puede correr en esta cancha. Yo, en nombre de todos los argentinos les decimos que no le tenemos miedo a la altura", mencionó el Diez sin saber lo que le depararía el destino.

El mandatario boliviano, en su charla íntima con Ramallo, lo chicaneó: "Cómo le van a ganar al equipo de Messi, Maradona y las figuras que vienen". Y lo desafió: "Les pagaré 2.000 dólares por cada gol que metan los nuestros".

La idea del DT era contar con un incentivo para sus jugadores de entre 1.000 ó 2.000 dólares para cada uno por obtener la victoria, aunque igualmente aceptó la propuesta de Morales.

Cada futbolista, integrante del cuerpo técnico y hasta utileros cobraron 10.000 dólares por la diferencia de cinco goles entre Bolivia y Argentina. El propio William Ramallo se encargó de cobrar y repartir el botín que tenía adentro de una maleta en Santa Cruz de la Sierra en 30 partes iguales. "El Presidente nunca más quiso retarme así, ja".

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