La estadounidense Lindsey Vonn no pudo concluir la prueba de supergigante que se disputó este martes en Are (Suecia), dentro de los Mundiales de esquí alpino, al sufrir una caída en el primer tercio de la prueba.
Vonn, que anunció su retirada el pasado viernes tras disputar las pruebas de supergigante y descenso en los Mundiales, impactó con tres banderas de forma consecutiva, se desequilibró y acabó chocando contra la red de protección lateral.
Tras cinco minutos en los que la carrera estuvo interrumpida, la esquiadora se pudo incorporar por su propio pie y bajó esquiando hasta la meta saludando a los aficionados.
La última cita en su carrera deportiva para la mujer con más victorias en la Copa del mundo -82- será el próximo domingo en el descenso, si es que la caída en el supergigante se lo permite.
A sus 34 años, Vonn, cuádruple ganadora de la Copa del Mundo de esquí alpino -en la que es la mujer con más victorias (82)-, con un oro y dos bronces olímpicos y dos veces campeona del mundo, había informado antes de esta última prueba de que pondrá fin a su exitosa carrera.
"Las últimas dos semanas han supuesto los días más desafiantes y emocionales de mi vida. Una lucha incesante entre lo que me dice mi organismo y de lo que mi mente y mi corazón creen que soy capaz", escribió Vonn, que, tras capturar bronce en el descenso de los pasados Juegos de PyeongChang (Corea del Sur) decidió posponer su retirada, con miras a intentar batir el récord absoluto de victorias en la Copa del Mundo del sueco Ingemar Stenmark, 86 veces triunfal.
"La desafortunada realidad es que mi mente y mi cuerpo no están en la misma página. Y después de muchas noches en vela, he aceptado finalmente que no puedo seguir esquiando"; había explicado la campeona de Minesota.
"Mi cuerpo me grita que PARE y ya es hora de que yo le escuche", indicó Vonn, que escribió en mayúsculas la palabra 'stop'.
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Con información de EFE