Juventus venció sin despeinarse 3-0 al Chievo Verona y sostiene con comodidad su liderazgo en la Serie A de Italia, con nueve puntos de ventaja sobre el Napoli. Douglas Costa, Emre Can y Daniele Rugani convirtieron los goles de la Vecchia Signora ante el colista, aunque su gran figura no se marchó feliz del estadio. Cristiano Ronaldo no disputó, precisamente, un partido soñado: el veterano arquero Sorrentino le atajó un penal, el primero desde que arribó al fútbol italiano, y luego dilapidó una oportunidad muy clara de convertir.
El delantero portugués, de 33 años, perdió la chance de quedarse con el trono de máximo anotador de la Serie A en soledad: hoy lo comparte con el colombiano Duvan Zapata (Atalanta) y el italiano Fabio Quagliarella (Sampdoria), todos con 14 puntos.
A los 51 minutos de juego, cuando el duelo estaba 2-0 en favor del líder del Calcio, el luso se dispuso a ejecutar un tiro desde el punto del penal. Apuntó con potencia a la izquierda del arquero Stefano Sorrentino, de 39 años, quien se arrojó con pericia y desvió el remate.
Minutos después, a los 73, Cristiano recibió un centro atrás desde la derecha y quedó en posición franca, con el arco a disposición. Sin embargo, su derechazo, mordido, salió desviado. En ambas ocasiones perdidas exhibió un catálogo de gestos, demostrando su fastidio.
Su desafortunada actuación se da 24 horas antes del veredicto del juicio que afronta en España por evasión: mañana conocerá la pena que recibirá. Tal vez, esa noticia lo tuvo inquieto. Y repercutió en su puntería.
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