Por Matías Palacios, desde Madrid
El dolor de los miles de hinchas que fueron al Monumental y no pudieron viajar a Madrid, parece contrapuesto con los muchos argentinos, felices, ansiosos, que ya están en esta ciudad expectante. Desfilan por el centro, se embanderan, se sacan fotos con el Santiago Bernabéu. Pero lo curioso es que lo mismo lo hacen los turistas extranjeros, los que hablan de "el partido".
Ahí se ve sobre el Paseo de la Castellana con el escenario de la final de fondo a un grupo de japoneses que se envuelven en las bufandas alusivas al partido y dicen que van a estar presentes el domingo.
A un día de la gran final se espera que siga llegando público de distintas partes de Europa fundamentalmente, pero no sólo argentinos, que serán la inmensa mayoría. Empezarán a aterrizar los futboleros del mundo, que no se quieren perder esta cita.
En eso anda Anuche Amanpour, un alemán hijo de iraníes que es un verdadero fanático del fútbol argentino y seguidor de Boca. Un atrevido que está a punto de vivir una verdadera aventura por ver la final de la Copa Libertadores en España.
Anuche está en Frankfurt, en donde estudia un máster en desarrollo de negocios hoteleros junto a un amigo ruso y otro chileno. Los tres están a punto de embarcarse en un viaje realmente alocado que vale la pena contar.
Tras haber conseguido entradas de reventa vía internet a principio de semana, comenzaron a armar lo que será una maratón que arrancará mañana muy temprano. "Los pasajes directos a Madrid no podíamos pagarlos, por eso conseguimos ir hasta Lisboa, Portugal, en una low cost. Aterrizaremos a las 12.30, ahí alquilaremos un auto y saldremos hacia Madrid. Serán 6 horas de viaje por lo que esperamos llegar justo a tiempo al partido. Para mí es una oportunidad única, esto es una sola vez en la vida y no me lo quería perder", dice emocionado este alemán/iraní.
¿De dónde nace esta pasión por el fútbol argentino para un seguidor del Eintracht Frankfurt? Simplemente desde la admiración. "Adoro a Maradona, a Riquelme. Me hubiese gustado que Román jugase en Alemania. Sigo a Boca por televisión, cada vez que puedo. No podía perderme esta final. Además nunca vi una final de Champions ni fui al Bernabéu y tampoco vi a un partido del fútbol argentino ya que por más que viví en Ecuador por trabajo, no pude ir a la Argentina", cuenta Anuche tras haber pagado 180 euros en la reventa.
Sin ninguna raíz latina ni costumbres nuestras, la unión con este partido es simplemente la pasión por el fútbol: "Los jugadores argentinos son lo más importantes de la historia y ver a Boca es un sueño para mí".
Junto a sus dos amigos, la ansiedad lo carcome. Es que está a punto de concretar el viaje más frenético de su vida. Todo por ver un superclásico que será histórico.