Este sábado el mundo del boxeo vivió uno de los combates más espectaculares del año que, como suele ocurrir en los últimos tiempos, terminó con una decisión discutida de los jueces. Tras 12 rounds, la pelea entre Tyson Fury y Deontay Wilder terminó en empate y ambos púgiles quedaron disconformes.
"No podía creer lo que estaba pasando", aseguró Fury, quien cayó a la lona en dos oportunidades y según su mirada sólo perdió dos rounds, el 9° y el 12°
El boxeador británico contó además en el programa de televisión Good Morning Britain que tras el fallo, evitó el caos. Según sus declaración, sus hermanos estaban enfadados por el resultado y estuvieron cerca de tomarse a golpes de puño.
"Traté de calmar a mis hermanos y al equipo abajo. Lo último que quería era una pelea masiva entre la multitud o un motín masivo, que podría haber ocurrido si no hubiera calmado la situación", contó.
De no haber mediado, el combate pudo haber culminado como el de Conor McGregor y Khabib Nurmagomedov. En aquella pelea, disputada bajo las reglas de las artes marciales mixtas, el ruso salió de la jaula y se peleó en las gradas con los ayudantes del irlandés. Aún se aguarda por conocer las sanciones definitivas.
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