Hacer una capilla, un centro deportivo, un museo, mejorar las maquinarias de los bomberos que acudieron al lugar en el que murieron 71 personas de las 77 que viajaban en el vuelo 2933 de LaMia que se estrelló en el Cerro Gordo. Según muchas de las personas que estuvieron cerca del hecho, todas esas promesas quedaron en la nada, el estado estuvo presente durante los primeros días y poco a poco se fue esfumando.
En donde hace dos años se produjo uno de los accidentes más recordados de la historia, hoy hay basura, maderas, fotos y mensajes deteriorados por las lluvias del lugar. El pastizal crece, el estado no aparece y los vecinos son los que se hacen cargo de mantener la zona en La Unión, Antioquia, como pueden.
El concejo de La Unión cambió el nombre cerro Gordo por Chapecó y presentó un Plan de Ordenamiento Territorial para que en donde cayó el avión se levante un monumento (algo que hasta hoy no está). Esas fueron las únicas iniciativas que se tomaron por el tema.
"Al principio prometieron muchas cosas, que iban a hacer una capilla, un centro deportivo y nada de eso se cumplió", aseguró Germán López, vecino de la zona a El Tiempo. "Eso no fue un accidente más, en él murieron 71 personas que venían con un sueño, no queremos que el lugar quede vacío, pero si no fuera por nosotros eso estaría allá lleno de monte", afirmó.
"Para cubrir un siniestro de esta magnitud necesitamos maquinaria pesada que aun no las tenemos: Una máquina de bomberos, porque la de nosotros es una máquina modelo 50", consideró Arquímedes Mejía, el capitán del Cuerpo de Bomberos del municipio, entre otros artefactos. "Por parte de Gobierno, nos prometieron muchas herramientas para el cuerpo de bomberos que nunca llegaron", se lamentó.
"Una casa en el casco urbano se había convertido en un museo lleno de piezas (ropa de jugadores fallecidos, fotos, partes del avión y otros objetos" informó El Colombiano, el cual era administrado por la Corporación Binacional y con el que buscaba rendirle homenaje a las víctimas.
Sin embargo, a medida que fueron pasando los días, la ayuda económica dejó de aparecer y el sitio que estaba destinado a la memoria de los pasajeros quedó reducido a un pequeño rincón en un café de la zona. Marcos Vallejo, socio del proyecto, explicó que los gastos se hicieron insostenibles para mantener el sitio como estaba y que no recibieron apoyo por parte del Municipio.
"Hay una voz unánime en La Unión: que las autoridades estuvieron presentes mientras duró la curiosidad, pero cuando bajó la efervescencia, el boom mediático, hasta la Gobernación de Antioquia, que prometió vincularse a la construcción del monumento y el arreglo de la vía de acceso, desapareció", sintetizó El Colombiano.
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