El alemán Alexander Zverev se coronó campeón del Masters de Londres, el torneo que reúne a los ocho mejores tenistas de la temporada, tras vencer en la final al número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic.
El joven de 21 años se alzó con el título más importante de su carrera y lo festejó con mucha emoción.
En el momento de la premiación, su agradecimiento se extendió más de lo acostumbrado. Tras destacar la actuación de su rival, reconocer el trabajo de su equipo y nombrar familia, hizo una pausa. La organización pensó que su discurso ya había terminado, por lo que le cortó el micrófono. Incluso, el brasileño Gustavo "Guga" Kuerten se acercó a Zverev y le dio una botella de champagne para terminar con la ceremonia de entrega del trofeo.
Pero, el alemán quería seguir y así lo hizo notar pidiendo que volvieran a encenderle el micrófono. "No pensaba emborracharme ya", dijo con una sonrisa y la botella en sus manos. Y luego advirtió: "No me corten el sonido, sé que mi discurso es largo, pero es solo un minuto más".
Una vez que saludó al público y levantó el premio, el número cinco del ranking (que a partir del lunes subirá al cuarto puesto) se acercó hasta uno de los bordes para saludar a su madre…y a su perro. La mujer abrió un bolso y de allí salió un caniche negro.
Se trata del cuarto título del año para Zverev, que ya se había coronado en los ATP de Washinton y Munich, y en el Masters 1000 de Madrid. Además, había sido finalista en los Masters 1000 de Roma y Miami.
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