Su hijo Thiago como socio y una sonrisa para Suárez: así vivió Messi la paliza de Barcelona al Real Madrid

El delantero rosarino se perdió el clásico por lesión, pero desde la platea jugó su partido. Y lo disfrutó igual que la afición

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El primer clásico entre Barcelona y Real Madrid sin Lionel Messi y Cristiano Ronaldo lo ganó la Pulga. Porque si bien el atacante argentino no pudo hacer su aporte desde el césped por la fractura del radio derecho que sufrió ante Sevilla, desde la platea, con su hijo mayor Thiago a su lado, disfrutó del recital del Blaugrana en el Camp Nou, del 5-1 que dejó al Merengue en situación de crisis y que afianzó a su equipo en la cima de la Liga de España.

Cultor del buen juego, no ocultó su satisfacción cada vez que el Barça exhibía su mejor versión en el desarrollo y lo buscaban las cámaras. Se pudo advertir su regocijo a los 23 minutos de juego, cuando le hicieron un primer plano y se lo vio contento con el 1-0 parcial, gracias al gol de Coutinho, y la búsqueda permanente del local.

Sólo se lo vio con gesto adusto a los 12 minutos del segundo tiempo, preocupado porque el Madrid se había acercado en el marcador (2-1) y hostigaba en busca del empate. Pero apareció ni más ni menos que su amigo Luis Suárez al rescate. Como para que los aficionados no extrañaran al 10.

A 8 minutos del final, cuando Suárez señaló el 4-1, el tercero en su cuenta personal, antes de la cereza del postre que aportó Arturo Vidal, las cámaras volvieron con Messi. Y el delantero rosarino esbozó su mejor sonrisa a modo de agradecimiento con la plantilla por haber completado un partido de tamaño nivel sin su presencia; allanándole el camino de su recuperación.

Antes y después del encuentro, Messi pasó por el vestuario. Y dejó sus palabras de aliento. Esta vez no necesitó ni transpirar para sumar otra alegría en un clásico ante la Casa Blanca.

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