- Por
- Daniel Roberto Viola
Sólo 6 jugadores sobre 23 del plantel de la Selección de Francia campeona del Mundo en Rusia 2018 son hijos de franceses. El 56,5 % (o sea, 13) proviene de 11 países africanos, mientras que Inglaterra y Bélgica igualan en 47,8 % de seleccionados inmigrantes. Estos datos reveladores llevaron a Diego Armando Maradona a decir: "La mafia del tráfico de jugadores es terrible". El Diez cuenta que José Mourinho, DT del Manchester United, le dijo que "ellos (los inmigrantes) saben bien que entran a otro mundo, con cosas que por ahí ellos no tenían en su día habitual y, sin embargo, hoy tenemos el porcentaje más alto de inmigrantes en un Mundial". Desde su programa en la cadena venezolana Telesur, Maradona apuntó: "Son chicos que quieren una oportunidad de probarse, de tener cuatro comidas al día, el tráfico de jugadores es terrible hasta en niveles que antes no se creía, en equipos grandes".
En el año 2006, la cadena televisiva BBC de Londres había alertado sobre el tráfico de jugadores en la Liga de Bélgica. En una investigación sobre sobornos en las transferencias al fútbol inglés, el periodista Peter Harisson, portando una cámara oculta, se hizo pasar por un intermediario ante el director general del Sporting Charleroi, Mogi Bayat. Harisson le dijo a Bayat que deseaba controlar al club y ganar dinero con la compra de jugadores africanos y la posterior venta a la Premier League inglesa, una práctica prohibida por la FIFA. Bayat admitió que estaría "muy contento" si llegaran a un acuerdo, asegurando que "en Bélgica, todo es posible. Bélgica es una plataforma en Europa donde puedes jugar con tantos futbolistas como quieras de la misma nacionalidad". Y agregó: "Es posible hacer llegar diariamente 150 africanos por avión; entrenarlos durante un par de días; elegir a los cinco mejores y volver a meter a los demás en un avión con destino a África. El arte consiste en encontrar a jugadores buenos y después venderlos por 1, 2, 3, 6 ó 10 millones de euros, dependiendo de su calidad".
Advertida la FIFA sobre maniobras ilegales con jugadores menores de personas sin escrúpulos, obligó a utilizar el sistema TMS a partir del 1° de octubre de 2009, para las solicitudes de todas las primeras inscripciones de menores no nacionalizados y de todos los pases internacionales que requieran de su aprobación. El Transfer Matching System (TMS) conocido también como Sistema de Correlación de Transferencias (en español), es una herramienta informática multiplataforma, de uso obligatorio desde el 1° de octubre de 2010. El TMS permite ingresar, a modo de declaración jurada, los datos de los futbolistas, clubes, contratos, representantes y tipo de operación, según los pedidos de transferencias que son tramitados y validados vía Internet, antes de emitirse el certificado de transferencia internacional (CTI).
En 2015, otra investigación de la BBC había revelado que adolescentes fueron trasladados de Liberia a Laos de forma ilegal para enrolarse a una ficticia academia de fútbol llamada Champasak United, que recién se había creado para participar en la máxima división de la liga de ese país. Uno de los menores, Kessekky Kamara, de 14 años, declaró que había sido forzado a firmar un contrato de 6 años antes de poder jugar en el primer equipo del club. Se le estipuló un salario y hospedaje, pero no recibió ningún pago y debió dormir en el suelo dentro del estadio del club con otros 29 futbolistas. "Es difícil vivir en un lugar sin ventanas. Eso hacía muy difícil dormir, porque te quedas pensando sobre tu vida", comentó Kamara. Meses más tarde, por la presión ejercida desde la FIFA y por el Sindicato de Futbolistas Profesionales (Fifpro), Champasak United liberó a 17 jugadores, pero tres adolescentes decidieron quedarse. "Es una situación muy seria. Es impactante que un club de Laos, que con todo el debido respeto es un país pequeño futbolísticamente, pueda atraer a jugadores menores de edad de Liberia sin que la FIFA se dé cuenta", le dijo a la BBC Stephane Burchkalter, un representante de Fifpro ("Federación Internacional de Futbolistas Profesionales").
Semanas atrás, el volante cordobés Juan Manuel Cobo (33), contó la experiencia vivida cuando fue a probar suerte a Italia: "Llegué el 1° de agosto a Italia y no la pasé bien. A través de contactos del fútbol me ofrecieron venir al ascenso de Italia. Me mandan un precontrato de un club de la Serie D, el Isernia, donde estaban los montos, casa, viajes, todas las condiciones. Me interesó, lo firmé. Tenía el sello del club, las firmas, todo válido. Apenas firmo, me mandan los pasajes. Llego a Roma, me van a buscar y directamente me llevan a hacer la pretemporada, sin la revisión médica. Empiezo a entrenar con el equipo, juego los amistosos, lo hago bien y yo preguntaba qué pasaba que no firmaba el contrato. A las semanas, vamos a firmar y era otro contrato, con nada de lo que habíamos acordado. Yo sin hablar italiano y nadie hablaba español. Números totalmente distintos. No firmé". Cuando Cobo estaba por regresar a la Argentina, otro supuesto agente italiano se presentó para que siguiera en Italia: "Ese tipo resultó ser un tránsfuga, un chanta. Me mandó al sur de Italia, a un departamento con nueve pibes argentinos de entre 17 y 20 años, que estaban a prueba en diferentes clubes. Les cobraban un montón de euros para esas supuestas pruebas, y los tenían ahí. Me tuvo en ese lugar 20 días, no me pagó nunca un peso y tampoco me consiguió club. Sinceramente no puedo explicar hablando lo que pasé. Fue duro, vivir en condiciones que no me imaginaba. Me tocó vivir la experiencia de esos chicos que la están pasando muy mal, estos chicos no tenían un peso, fue feo", concluyó Cobo en una entrevista al diario Perfil.
Según las normas FIFA, sólo se autorizan transferencias internacionales cuando se alcanza la edad de 18 años, salvo si los padres del jugador cambian su domicilio al país donde el nuevo club tiene su sede por razones no relacionadas con el fútbol, o cuando la transferencia se hace dentro del territorio de la Unión Europea (UE) o del Espacio Económico Europeo (EEE) y el jugador tiene entre 16 y 18 años de edad.
Para concretar las excepciones dentro del mapa europeo, deben asegurarse al menor, las condiciones óptimas de vivienda en una familia o en un alojamiento del club a cargo de un tutor. El jugador vivirá en su hogar, a una distancia menor de 50 km. de la frontera de su país y, el club de la asociación vecina donde esté inscripto, debe situarse a igual distancia de su frontera. El máximo a recorrer entre el domicilio del jugador menor de edad y el club será de 100 km.
Estas condiciones básicas también rigen cuando el jugador no estuviera inscripto en ningún club, o cuando no sea natural del país donde desea inscribirse por primera vez o, cuando no hubiese vivido en dicho país de manera ininterrumpida, como mínimo los últimos cinco años.
El nuevo club deberá cumplir con obligaciones mínimas tales como proporcionar un entrenamiento futbolístico adecuado, garantizar una formación académica o escolar según la vocación del jugador y permitirle iniciar una carrera por fuera de la futbolística. En síntesis, darle herramientas para el caso de que cese de jugar al fútbol en forma profesional.
Cada solicitud de transferencia de un menor de edad requiere de la aprobación de una subcomisión especial de la FIFA, para evaluar si se cumplen las condiciones, y luego, se procede aceptando o rechazando el pedido de transferencia internacional.
Entre los documentos exigidos para autorizar la transferencia de un menor, figuran: a) Certificación de la identidad y nacionalidad del jugador y sus padres. b) Contrato de trabajo del jugador y de sus padres, u otros que demuestren la motivación del traslado. c) Permiso de trabajo del jugador y de sus padres. d) Certificación de la residencia del jugador y de sus padres. e) Formación académica y capacitación futbolística. f) Alojamiento y cuidado. g) Autorización de los padres.
Por Daniel Roberto Viola*
Según datos aportados por el sistema TMS, en 2011 la FIFA autorizó 1343 transferencias de menores sobre un total de 1500 solicitudes recibidas, fueron rechazadas 157 (10,46%). En 2012, los pedidos denegados treparon al 12,59%; en 2013 al 11,27%, en 2014 al 11,87% y en el 2015 fueron 393 rechazos sobre un total de 2716 (14,46%).
En 2015, en base al registro de esos datos, la FIFA redujo de 12 a 10 años el límite de la edad que es obligatoria para gestionar el CTI (Certificado de Transferencia Internacional), con el objetivo de reforzar la protección de los menores, dado el creciente aumento de fichajes internacionales de jugadores menores de 12 años.
En 2014, la FIFA ya había sancionado al FC Barcelona y a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) por infracciones cometidas a las normas de traspasos y de primera inscripción de menores extranjeros, que participaron con el club catalán en varios torneos entre 2009 y 2013. Además de una multa de 370 mil euros, se le prohibió al Barcelona incorporar jugadores a sus planteles de todas las categorías, durante dos períodos o temporadas consecutivas (2014 y 2015), intimándosele a regularizar la situación de los menores en un plazo de 90 días.
Igual suerte corrieron Real Madrid y Atlético de Madrid durante 2016, por violar las normas de traspasos de menores de 18 años, de procedencia extracomunitaria.
Según un informe publicado por el diario El País, los pedidos para inscribir futbolistas menores de 18 años durante 2014 arrojaron el siguiente ranking de países: Primero España, (con 400 solicitudes, el 22% del total); segundo Portugal (10% con 188 solicitudes); seguidos por Inglaterra (8%, 135), Alemania (5%, 82) e Italia (3%, 45).
En mayo de 2017, el Manchester City recibió una multa de 300.000 libras (340.000 euros) y fue sancionado sin poder fichar jugadores para su cantera durante dos años tras declararse culpable de contactar a dos futbolistas jóvenes que pertenecían a otros clubes.
La FIFA ha divulgado reiteradamente, que las normas sobre protección de menores están limitadas al ámbito del fútbol organizado y que por ende, la "trata infantil" u otras actividades ilícitas son exclusiva competencia de las autoridades nacionales e internacionales (gubernamentales, policiales, judiciales).
Mediante una circular de junio pasado, la FIFA amplió la protección al aplicar el principio de "refugiados y personas protegidas" a todas las transferencias de jugadores (menores de edad o mayores de 18 años), tendiente a facilitar los trámites de quienes deben cambiar de residencia por motivos humanitarios, o sea, cuando el jugador debe huir del país del que es natural porque está en peligro su vida o su libertad por causa de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social o por determinada opinión política.
Según una encuesta de la FIFA denominada "Big Count 2006", unos 270 millones de personas (o un 4% de la población mundial) participan activamente del fútbol. A más de una década de ese estudio, es posible aventurar que hoy el número es superior en varios millones, pero sólo el 0,8% lograría convertirse en jugador profesional. Un dato que contrasta con las ilusiones de millones de niños de todo el mundo que se abrazan al fútbol con la esperanza de mejorar su calidad de vida. Muy pocos consiguen dar ese gran salto.
* Abogado UBA – Director de Iusport.com Latinoamérica
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