Al otro lado de Manhattan, cruzando el río Hudson, en un insulso y viejo almacén de ladrillos a la vista en Jersey City que estaba frente a un terreno baldío, se escondieron durante varios años los grandes negocios del fútbol sudamericano. Así como los cuatro tramos de escaleras que daban acceso a su oficina contrastaban con las estructuras históricas y los vestíbulos fastuosos de los edificios que componen el distrito financiero de Nueva York, Zorana Danis desentonaba entre los hombres mayores –la mayoría con sobrepeso– que manejaban los negocios del fútbol. Ella, alta y esbelta, fue la única mujer implicada en el 'FIFA Gate', el escándalo de corrupción más grande de la historia del deporte.
Como presidenta de International Soccer Marketing (ISM), una empresa fundada a fines de los '80, Zorana Danis firmó contratos y vendió derechos de patrocinio de la Copa Libertadores pagando sobornos a los dirigentes de la Conmebol. Como cuenta Ken Bensinger en el libro 'Tarjeta Roja' (Planeta), esta hija de un futbolista de bajo calibre transformó al certamen de clubes más importantes de América Latina en su "gallina de los huevos de oro". Hasta que la Justicia estadounidense golpeó a su puerta.
Lo que se hereda no se roba
Nació en los '60 en Belgrado, actual capital de Serbia y ciudad más grande y poblada de la antigua Yugoslavia, donde su padre jugaba al fútbol de forma profesional. Blagoje Vidinić era un portero de origen macedonio que estaba llamado a ser uno de los grandes guardametas de todos los tiempos. A los 22 años, ganó la medalla de plata con el equipo yugoslavo en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956. Perdieron la final ante la Unión Soviética, donde atajaba Lev Yashin. Pero cuatro años más tarde, en Roma, ganaron la medalla de oro. También aquel año fue subcampeón de Europa con su país, otra vez cayendo ante el combinado soviético en la definición.
Pero la carrera de Vidinić comenzó a tomar otro color tras ese exitoso inicio. Pasó algunos años en el fútbol suizo y luego emigró -junto a una gran cantidad de jugadores yugoslavos- a la National Professional Soccer League (NPSL), la naciente liga estadounidense, devenida luego en la North American Soccer League (NASL). Nunca más volvió a vestir la camiseta de su selección.
Su hija Zorana lo acompañó alrededor del mundo, incluso en su grandiosa época de entrenador. Vidinić llevó a Marruecos a jugar la Copa Mundial de la FIFA de México 1970 y a Zaire a participar de la edición siguiente (Alemania 1974). Fue en aquellos años donde forjó un vínculo de amistad con uno de los creadores del marketing deportivo: Horst Dassler, hijo de Adi Dassler, fundador de Adidas.
"Dassler había vestido a los equipos de Vidinić con uniformes Adidas gratuitos, y Vidinić le devolvió el favor en vísperas de las históricas elecciones presidenciales de la FIFA de junio de 1974. Mientras disfrutaban de unos tragos en el bar del vestíbulo de un hotel de Frankfurt, Vidinić informó a Dassler que había estado respaldando al candidato equivocado. Sir Stanley Rous, el representante inglés, iba a perder, le informó Vidinić, porque su rival brasileño, João Havelange, había ganado el gran bloque de votantes de África. Dassler entonces se apresuró a la habitación de Havelange para ofrecerle su apoyo al futuro presidente de la FIFA, iniciando así lo que se convirtió en una de las relaciones más influyentes de la historia del deporte. El incidente también consolidó una amistad perdurable entre Dassler y Vidinić, quien trabajaría para Adidas durante muchos años", contó Ken Bensinger en 'Tarjeta Roja'.
Con Zorana siendo adolescente, Blagoje Vidinić se convirtió en el DT de Colombia. Ella aprendió a hablar en español mientras su padre penaba por no clasificar al Mundial de Argentina '78 y por su pobre papel en la Copa América de 1979. Esa fue la última experiencia de Vidinić en los banquillos, ya que comenzó a trabajar en el 'detrás de escena' del fútbol. Cuando su hija se graduó en Georgetown, fundaron la empresa International Soccer Marketing (ISM) y utilizaron los nexos tejidos durante sus años en el fútbol para hacer negocios.
Los negocios de la Copa Libertadores
Apoyada e impulsada por su padre, Zorana Danis no tardó en meterse en el ámbito del fútbol y en negociar contratos millonarios. Sus ideas llegaron a la cúpula de la Conmebol, que en aquel momento era encabezada por el paraguayo Nicolás Leoz, quien en 1996, en su décimo aniversario al frente del organismo, designó a la compañía ISM como su agente de marketing para gestionar sponsors asociados con la Copa Libertadores.
El trabajo de Zorana Danis hizo que Conmebol recaude más de 100 millones de dólares provenientes de empresas como Bridgestone, Santander y Toyota, que fueron patrocinadores del torneo de clubes más importante de Sudamérica.
Al tirar de la punta del ovillo del escándalo de corrupción más grande del deporte, la Justicia estadounidense vio que Zorana Danis hizo y efectuó pagos de sobornos a Nicolás Leoz para mantener esos contratos que tenía con la Conmebol para gestionar los patrocinios de la Libertadores. Con una cuenta en Citibank, había emitido docenas de pagos grandes, de seis cifras, a cuentas bancarias en Suiza, Paraguay y Uruguay. "En un periodo de 30 meses, Berryman (agente del IRS) rastreó un poco más de USD 2 millones en pagos que su instinto le dijo que se trataba de algún tipo de soborno. Muchas de la cuentas de los beneficiarios parecían estar relacionadas con Nicolás Leoz", explica Besinger.
En junio de 2013, a casi siete años del fallecimiento de su padre Blagoje Vidinić, los investigadores intervinieron los teléfonos de Zorana Danis para comenzar a ver con quien se comunicaba. Mientras tanto, idearon el plan perfecto para afrontar su culpabilidad, ya que no había riesgo de que huyera con un esposo, dos hijos y toda una vida construida en los Nueva Jersey. Arrestarla era muy extremista, por eso elaboraron una jugada maestra.
La caída de la única mujer del FIFA Gate
Tras una primera visita a su oficina en septiembre de 2013, en la que Berryman se hizo pasar por un agente que no tenía idea sobre el fútbol y la FIFA, Zorana Danis se reunió por segunda vez con los agentes de la entidad encargada de la recaudación fiscal en Manhattan la segunda semana de noviembre. Ella pensó que otra vez se trataría de analizar pagos ante alguien fácil de eludir. Pero Berryman fue acompañado por John Penza, agente del FBI, y estaba dispuesto a hacerla confesar. Ken Bensinger describe al detalle la estrategia de los agentes en su libro:
—Esta transferencia de USD 250.000 —preguntó Berryman con una expresión perpleja en su rostro—, hecha el 21 de octubre de 2008, desde su cuenta de Citibank a una cuenta de Banco do Brasil en Paraguay… ¿para qué fue? ¿Y qué tal esta transferencia por el mismo monto y a la misma cuenta, el 15 de diciembre? ¿Y qué hay de los USD 800.000 transferidos en seis operaciones en un lapso de dos años a una cuenta de Merrill Lynch en Uruguay? ¿A qué se debió todo eso?
(…)
—Zorana —dijo, apartando los papeles que tenía amontonados en su regazo y mirándola fijamente a la cara—. ¿Deberíamos interrumpir esto y hablar sobre el motivo real por el que estoy aquí?
—Sé por qué estás aquí —dijo Danis en voz baja—. Por los pagos.
—¿Qué pagos? —preguntó Berryman, entrecerrando sus oscuros ojos—. ¿Te refieres a los sobornos?
—Sí, los pagos —respondió con una nota de resignación en su voz—. En Sudamérica.
A partir de ahí, Zorana Danis contó su historia y reveló parte de la trama del escándalo de corrupción de la FIFA. Pasó a ser conocida como "Co-conspirador #5", ya que así figuraba en la investigación. Según los documentos publicados por la Justicia estadounidense, formalmente se declaró culpable el 26 de mayo de 2015 de dos cargos de fraude electrónico y presentación de declaraciones de impuestos falsas. Tuvo que devolver USD 2 millones. Su sentencia será revisada el próximo 4 de diciembre.
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