El Medio Oriente vuelve a hacerse presente en el fútbol mundial. Después de arribar a poderosos clubes como el Manchester City o el París Saint Germain, los jeques árabes posaron sus ojos en el imponente equipo del viejo continente, el Manchester United.
Según reveló el portal británico "The Sun", el príncipe heredero Mohammad bin Salman quiere hacerse con la institución para enfrentarse a sus otros rivales de Qatar o Abu Dabi, como el príncipe y presidente del conjunto parisino, Nasser Al-Khelaïfi.
La familia Bin Salman posee un valor adquisitivo de alrededor de 950 mil millones de dólares y estarían listos para realizar una jugosa oferta a los Glazer, dueños del histórico equipo de Manchester, tanto sea para obtener un porcentaje de las acciones o comprar la totalidad de ellas.
El medio inglés destacó que hasta el momento no hay una posición clara con respecto a la idea de vender de los propietarios, los cuales obtuvieron la totalidad del club en 2005. Sin embargo, el co-presidente Avram Glazer fue visto en distintas oportunidades en Arabia Saudita, asistiendo a conferencias, junto a banqueros e inversionistas de todo el mundo.
"The Sun" también remarcó que los seis hijos de Malcolm Glazer se dividen el 97% de las acciones del club y todos tienen derecho a voto en el caso de que se llegue a esa instancia de venta.
Además, consideró que la familia optaría por vender algunas acciones para que los árabes pasen a ser dueños de una parte importante del club, pero sin que ellos pierdan el control, al igual que lo hizo el Manchester City en su momento en 2015 vendiendo el 13% a City Football Group.
El príncipe Mohammed bin Salman, en tanto, fue apuntado por fuentes de inteligencia de Estados Unidos, los cuales aseguraron que ordenó una operación para atraer al columnista del Washington Post Jamal Khashoggi de vuelta a Arabia Saudita desde su casa en Virginia y luego detenerlo.
Khashoggi fue un destacado crítico del gobierno saudí y de Bin Salman en particular. Varios de los amigos de Khashoggi dijeron que durante los últimos cuatro meses altos funcionarios saudíes cercanos al príncipe heredero llamaron a Khashoggi para ofrecerle protección e incluso un trabajo de alto nivel para el gobierno, si regresaba a su país de origen.
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