El Barcelona arrancó el partido de la misma manera que jugó los últimos compromisos por La Liga, desordenado, desatento y con serias falencias en defensa. Por eso, a los dos minutos de partido ya se encontraba en desventaja.
El Valencia marcó el gol gracias a un tiro de esquina. El balón se desvió en Piqué en el primer palo y cayó en los pies de Ezequiel Garay, quien solo en el segundo poste marcó el 1-0. El local se agrandó con el tanto y generó al menos tres situaciones claras de gol antes de los 15 minutos, pero no pudo ampliar la ventaja.
A los 23 minutos, apareció la única arma que parece tener el equipo de Ernesto Valverde. Lionel Messi se asoció con Luis Suárez y con un zurdazo desde afuera del área estableció el 1 a 1.
En el complemento el Barcelona acentuó sus problemas. Perdió verticalidad, a pesar de la entrada de Dembelé, Messi se diluyó en sus intentos, Suárez quedó aislado y se transformó en un equipo previsible, sin cambio de ritmo que no pudo quebrar la defensa rival.
El Valencia se aferró al empate y sufrió la lesión de Guedes que había sido clave en los primeros minutos de partidos. Con el orden como principal virtud, sumó un punto importante en el Mestalla que tal vez pudo haber sido triunfo si sobre el final los delanteros hubiesen estado más finos en e armado de los contragolpes.
De esta manera, el Sevilla quedó como líder de La Liga con 16 puntos, por delante del Barcelona y el Atlético Madrid, que acumulan 15. El conjunto catalán lleva 4 sin ganar, tres empates y una derrota, y en la próxima jornada recibirá en el Camp Nou al puntero de la tabla de posiciones.
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