Escándalo en la final femenina del US Open: la feroz discusión de Serena Williams con el umpire

La tenista acusó de ladrón al juez del partido por sus fallos. La norteamericana fue apercibida y pudo ser descalificada. También amenazó con abandonar el encuentro

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La final femenina del US Open se opacó por la escena que protagonizaron Serena Williams y el umpire del encuentro, Carlos Ramos. Los fallos del juez provocaron la ira de la estadounidense, quien acusó de ladrón y mentiroso al árbitro que le dio por perdido un game por abuso verbal.

La escena fue considerada un infierno, dado que el cruce entre la estrella internacional y el colegiado dejó en segundo plano el triunfo de la japonesa Naomi Osaka, quien se impuso por 6-2 y 6-4 para quedarse con el título.

Williams no pudo sumar su 24º título de Grand Slam y su feroz discusión quedará en el recuerdo colectivo por la falta de profesionalismo de la tenista. Su arrebato le valió una penalización en el juego, lo que provocó un estallido aún mayor para los oficiales del torneo y puso a Naomi Osaka más cerca de la victoria.

"Usted me debe una disculpa, yo nunca he hecho trampa en mi vida", se justificó Serena luego de ser sancionada. Su rostro de indignación se percibió cuando intentó contener las lágrimas de impotencia. Además, durante todo el encuentro la estadounidense se mostró muy fastidiosa con gestos violentos. Incluso rompió una de sus raquetas como descarga en una jornada inolvidable.

Luego del partido, Williams fue reprobada por el público con una silbatina generalizada. Las lágrimas de la campeona reflejaron el escandaloso desenlace que se empañó por la actitud de Serena, quien felicitó a Osaka por su gran producción en el torneo.

"No quiero ser maleducada, pero no voy a responder ninguna pregunta. Simplemente ella (Naomi Osaka) es mejor que yo. Sé que ustedes me aman y yo a ustedes los amo, por favor no silven más. Hice todo para ganar. Fue un año muy difícil para mí y ahora voy a trabajar para ganar el próximo torneo", dijo Williams antes de reencontrarse con los presentes en un extraño pedido de disculpas.

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