La vida del futbolista, además de contener mucho sacrificio, también está ligada al sexo, el dinero, las fiestas y la fama. De eso trata la película "Kaiser", un documental estrenado el pasado domingo que relata la vida de Carlos Henrique Raposo, un hombre brasileño que durante 26 años engañó al mundo del fútbol para fichar en los clubes más importantes de su país y aprovecharse de sus beneficios, sin saber patear una pelota.
La historia de Carlos "Kaiser", apodado así por su leve parecido físico a Franz Beckenbauer, ha llegado a la pantalla grande para mostrar los secretos de este estafador brasileño que se abrió paso en el fútbol profesional sin calzarse las botas ni patear un balón.
Como cuentan en el film algunos jugadores como Bebeto o Renato Gaucho, logró engañar a directivo, clubes, periodistas e incluso miembros de la mafia para que creyeran que era un jugador talentoso, algo que sólo fue posible por la falta de información de mediados de los '80.
"Todos los equipos a los que me uní celebraron dos veces: cuando firmé y luego cuando me fui", bromea Carlos Kaiser, a los 55 años. El falso futbolista hace alarde durante todo el documental de su vida glamorosa y de su innumerable cantidad de encuentros con mujeres. "Era adicto al sexo, como Michael Douglas. Me acostaría con al menos tres mujeres por día", asegura.
El film del director Louis Myles, una de las grandes atracciones que tendrá el Festival de cine de Tribeca, cuenta todo sobre este hombre criado en las favelas de Botafogo por una madre alcohólica, quien aprendió a confiar en su ingenio para ser jugador en más de 10 clubes -Flamengo y Ajaccio de Francia, entre ellos- sin tener nada de talento para el fútbol.
"La escala de su fraude es enorme. El 'Kaiser' obtuvo contratos profesionales con algunos de los clubes más grandes de Sudamérica, junto con los mejores jugadores de todos los tiempos", explicó Myles a The Sun.
Actualmente, el protagonista de esta historia, quien supo compartir equipo con leyendas como Rocha, Renato Gaúcho, Romario, Branco y Bebeto entre otros, dirige un gimnasio y se autodenomina Personal Trainer. Atrás han quedado sus años de sexo, dinero y fama, una verdadera vida de película.
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