El irlandés Conor McGregor se declaró culpable ante una corte de Brooklyn con el fin de evitar una pena de cárcel por los desmanes que causó el pasado 5 de abril en la previa del evento 223 de la UFC, realizado en el Barclays Center.
El ex campeón de dos divisiones en la UFC logró un acuerdo para quedar sin antecedentes penales en virtud de que estos hechos no afecten la visa que le permite permanecer en Estados Unidos.
El juez Raymond Rodríguez ordenó que McGregor tendrá que cumplir con cinco días de servicio comunitario y tres de clases de manejo de la ira, además de no podrá acercarse a algunas personas hasta julio de 2020, entre ellas Ray Borg y Michael Chiesa, peleadores que salieron lastimados en el incidente.
McGregor había sido arrestado por la Policía de Nueva York y después puesto en libertad bajo fianza luego de causar desórdenes en Brooklyn y a causa de ello recibió tres cargos de asalto y uno de conducta criminal por atacar a un autobús de la empresa UFC.
"Solo quiero decir que estoy agradecido con el fiscal y el juez por permitirme seguir adelante. Quiero decirles a mis amigos, mi familia, mis fanáticos, gracias por el apoyo", dijo el peleador irlandés de 30 años fuera del tribunal.
Cian Cowley, un luchador que entrena con McGregor, también fue acusado de participar en el ataque y deberá hacer el servicio comunitario y las clases de manejo de la ira junto a la estrella de la UFC.
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