"Quien agarre la pelota se la queda", cita la ley tácita vigente en las gradas de los estadios de béisbol, pero un seguidor de los Chicago Cubs la adoptó de la peor manera este fin de semana, al protagonizar una de las acciones más descorazonadoras de las que se tenga memoria.
La franquicia del norte de los Estados Unidos se enfrentaba ante los Cardenals de San Luis en el marco de un juego por la temporada regular de las Grandes Ligas (MLB), cuando el jugador Will Venable decidió regalarle una pelota a un niño.
Por la emoción, el pequeño, que se encontraba en los brazos de su madre, no pudo atrapar el esférico. Este cayó al suelo, y cuando el joven intentó alcanzarlo, se topó con un espectador desubicado.
El hombre se lanzó al suelo y tomó la pelota para luego regalársela a la mujer que estaba junto a él, enojada porque el regalo era para el niño. El calvo y la señora celebraron haber atrapado el "tesoro" y habérselo quitado al menor.
Tras la viralización de las imágenes, los Cubs decidieron regalarle al pequeño fan dos bolas autografiadas por el puertorriqueño Javier Báez, una de las estrellas de la franquicia de Chicago.
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