Ocupa el puesto 19 entre los países más pobres del mundo con apenas 700 dólares de ingreso anual per cápita. Recibe cientos de millones de dólares en ayuda humanitaria. Su gobierno es denunciado por violaciones a los derechos humanos y a las libertades civiles. Por eso, el mundo se sorprendió cuando se conoció que Ruanda había firmado un contrato de patrocinio de 3 años con el Arsenal de la Premier League inglesa por el que pagará 39 millones de dólares.
El acuerdo despertó cuestionamientos políticos en el Reino Unido, que envía ayuda por 85 millones de dólares al año a Ruanda e incluso por parte de parlamentarios de Holanda, que es el principal donante del país centroafricano que fue arrasado por una guerra civil en los años 90 y que derivó en el genocidio de 800 mil tutsis impulsado desde el Estado por la etnia hutu, en el poder desde entonces.
Desde el fin de la guerra, gobierna el país con puño de hierro Paul Kagame, que fue reelecto el año pasado con el 98% de los votos y reformó la Constitución para poder quedarse en el poder hasta 2034. Human Rights Watch ha denunciado que, bajo su régimen, son habituales las detenciones arbitrarias y las torturas de opositores y "existen fuertes restricciones a la libertad de expresión y de participación política".
El presidente es un hincha fervoroso del Arsenal. Hace unos años confesó en una entrevista: "Nosotros usamos la comunicación y la guerra informativa mejor que nadie y hemos encontrado nuevas maneras de hacer las cosas". Ahora parece cumplir su sueño, porque su club, uno de los principales animadores de la Premiere League llevará por primera vez una publicidad en sus mangas y será un mensaje para promover el turismo en su país: "Visit Rwanda".
También el Arsenal salió en defensa del acuerdo: "Ruanda es una de las economías de más rápido crecimiento en África, con un boom turístico que ha duplicado sus visitantes en la última década", explicó Vinai Venkatesham, el jefe comercial del club.
Pero el legislador británico Andrew Bridgen definió el acuerdo como "un gol en contra para la ayuda internacional". Y agregó: "Los contribuyentes británicos estarán impactados al saber que un país que recibe millones en asistencia del Reino Unido se los pasa a un club fabulosamente rico de Londres".
Mientras que uno de los máximos promotores de los derechos humanos en Ruanda, Rene Mugenzi, reclamó que "el Reino Unido debería dejar de darle dinero a Ruanda porque su gobierno la gasta en cosas locas como esta".
En los últimos años, controversias similares se despertaron cuando el Barcelona aceptó el auspicio del gobierno de Qatar y el Atlético de Madrid, de Azerbaiyán.
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