La ciudad de Kiev, sede de la final de la Champions League entre Real Madrid y Liverpool FC, será el escenario que podría decidir quién será el mejor futbolista del año. En el NSK Olimpiyskyi se citan dos de las grandes figuras de la temporada: el portugués Cristiano Ronaldo y el egipcio Mohamed Salah. Todo indica que ambos competirán junto al argentino Lionel Messi por el Balón de Oro y que la definición del máximo título de clubes de Europa puede ser el partido que consagre al ganador. Tal vez la Bota de Oro conseguida por Messi o una actuación descomunal del astro argentino en la Copa del Mundo pueda poner a Salah o Cristiano en segundo plano. Pero, por ahora, ambos pisarán el césped este sábado como firmes aspirantes al galardón que otorga France Football al mejor jugador del planeta y los focos estarán puestos en sus rendimientos.
Real Madrid y Liverpool van por el trofeo. El club blanco apunta a lograr la decimotercera Copa de Europa de su historia, la tercera en fila, la cuarta de las últimas cinco ediciones. El elenco inglés va por el sexto título continental en su vida deportiva, el primero desde 2007. Pero Cristiano y Salah se juegan un partido aparte: se disputan el trono del fútbol mundial.
Cristiano, el rey de la 'Champions'
A sus 33 años, el portugués Cristiano Ronaldo atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera. Está en plenitud, se siente eterno. "Pienso jugar hasta los 41 años, mi edad biológica es de 23", dijo el futbolista que cuida al detalle su alimentación y ha aprendido, por recomendación de Zinedine Zidane, a dosificar sus minutos para rendir al máximo durante más tiempo. Ya no es aquel atlético joven que destacaba por la banda izquierda con sus fantásticos regates. Ha evolucionado en un jugador menos vistoso pero mucho más efectivo. Se ha convertido en un animal del área, un experto en remates. Por eso no es casualidad que el ganador de cinco Balones de Oro haya tenido una temporada de menor a mayor.
Una expulsión en el Camp Nou durante el partido de ida de la Supercopa de España hizo que Cristiano Ronaldo se pierda los primeros cinco partidos de Liga de la temporada. Además ha descansado en los últimas fechas porque su equipo se volcó a la lucha del certamen continental. Pese a ello, el crack portugués ha cerrado la Liga española con 26 goles en 27 partidos. Números asombrosos, aunque aún más bestiales son los que ha logrado en el plano europeo.
Cristiano es el rey de la Champions League. Ha convertido 25 goles en sus últimos 17 partidos en esta competición y es el actual goleador de la presente edición con 15 goles en 12 partidos. Fue determinante en la fase de grupos con 9 tantos, y aún más las series de octavos de final ante el PSG y de cuartos de final ante la Juventus, con tres goles en cada una. Hizo un deslumbrante gol de chilena que dejó en claro que está más vigente que nunca.
Entre sus partidos con el Real Madrid y Portugal, CR7 ha marcado 50 dianas en la temporada 2017/18. Una cifra que refleja que llega a la final de la Liga de Campeones con el nivel necesario para defender su trono.
El faraón Salah quiere conquistar Europa
Esta ha sido una temporada bendita para Mohamed Salah, un futbolista egipcio que llegó al Liverpool desde la AS Roma con pocos pergaminos. Siempre mostró buenas cualidades pero nada hacía presagiar lo ha logrado. Anotó 32 goles en 36 partidos para romper el récord anotaciones en una temporada de la Premier League y ha sido uno de los pilares del equipo de Jürguen Klopp, el entrenador alemán que ha explotado al máximo a este talento del fútbol africano. Salah y la filosofía del ex DT del Dortmund han maridado a la perfección. El fútbol directo de Klopp ha dado el salto de calidad al extremo de grandes cualidades.
El delantero egipcio de 25 años llegó a los 44 tantos esta temporada en la que también ha conseguido clasificar a Egipto para el Mundial después de 28 años. En la presente edición de la Champions League aportó 10 goles en 12 partidos (11 goles en 14 juegos si se cuenta la fase previa), marcando un gol en cada uno de los partidos ante el Manchester City de Pep Guardiola, en lo que fue una serie bisagra para los 'Reds'.
En Kiev, tendrá una oportunidad para demostrar que no es menos que Cristiano Ronaldo. El héroe egipcio puede coronar una temporada de ensueño y convertirse en el encargado de romper la hegemonía de Messi y Ronaldo de la última década en el premio a Mejor Jugador del Año. Por la lesión de Neymar, está llamado a ser el tercero en discordia en la pelea por el Balón de Oro. En total, entre Egipto y Liverpool, anotó 48 goles.
Así será el duelo entre CR7 y Salah en Kiev
Como en todo choque definitivo, jugarán un rol primordial y tendrán que fructificar cada oportunidad. La estadística de Cristiano en finales con el Real Madrid no hace más que rectificar lo que ha demostrado en los últimos años: 14 goles en 15 partidos. Es el único jugador del plantel que dirige Zidane que ha marcado en tres finales de Champions League distintas, con un total de cuatro goles. A CR7 le sienta bien el traje de héroe y probablemente ante Liverpool también tenga que hacer uso de su implacable instinto ofensivo, ese que ha construido paulatinamente desde que dejó los extremos para ser un delantero letal. No es '9', falso '9', no ataca por las bandas ni juegas detrás de la referencia. Hace todo eso junto.
Salah, por su parte, beneficiado por el plan de Klopp, partirá desde el sector derecho del ataque del Liverpool. Aprovechará la proyección de Marcelo para irse mano a mano con Ramos, aunque probablemente tenga que recorrer muchas más metros porque no podrá colaborar en el retroceso de su equipo. Apelará a su velocidad y su gran momento futbolístico para lastimar a la defensa blanca.
Cada uno a su estilo y desde su lugar. Un experimentado jugador como Cristiano Ronaldo, que ha demostrado ser experto en anotar en finales y que brilla desde hace más de una década, se enfrenta a Mohamed Salah y su enorme presente, con el que se ha dado a conocer al mundo y ha osado con plantarse de igual a igual a los reyes de este deporte. En la final de la Champions League, el mejor de los partidos del fútbol europeo, donde todo es posible pero a la vez muy incierto.