La decisión ya se tomó, el Real Madrid quiere contratar a Neymar y el jugador quiere jugar en el club blanco. Pero claro, su fichaje hace menos de un año por el París Saint-Germain (PSG) a cambio de 222 millones de euros, hacen que el conjunto francés no tenga ningún interés en desprenderse de su máxima estrella.
En ese punto es donde comienzan las negociaciones. La escuadra española sabe que deberá desembolsar una fortuna, pero la suma que pagó el PSG le es inalcanzable. Por eso, desde el lado del jugador ya comenzaron las reuniones.
Según reveló el sitio Marca, en la mesa en donde se decide el futuro de Neymar se sientan su padre, quien cumple la función de agente, Pini Zahavi, empresario israelí ligado al mundo del fútbol que fue clave para llevar al jugador a París, y Juni Calafat, responsable de los fichajes del Real Madrid. Todo sucede bajo la atenta mirada de Florentino Pérez, presidente del Real Madrid.
Entre ellos tres planean cómo convencer al qatarí Nasser Al Khelaifi, dueño del PSG, que deje de lado el dinero y entienda que el futbolista es quien quiere marcharse. De esa manera, ambas partes podrían acordar una salida.
En ese caso, el jugador debería poner una importante suma de dinero, pero que no está ni cerca de los 222 millones de euros que valió su pase. Además, esa cifra sería aportada por el Real Madrid.
Este plan que debería completarse durante el Mundial de Rusia, para que una vez finalizado el certamen Neymar viaje a Madrid y firme su vínculo con el Merengue inició hace tiempo. Según informó el diario AS, el pasado 22 de marzo hubo una reunión entre un empleado del Real Madrid y el delantero brasileño en la lujosa mansión que el crack del PSG tiene en el pequeño municipio de Mangaratiba, a una hora en coche del centro de Río de Janeiro. En ese momento, el futbolista se recuperaba de la cirugía del pie derecho.
"Si Neymar gana el Mundial, seguro que no vuelve a pisar París", le habría contado uno de los jugadores brasileños del PSG al sitio Mundo Deportivo, por lo que en el vestuario del campeón de la Ligue 1 y de la Copa de Francia ya son conscientes de lo que puede suceder en unos meses.
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