"No vamos a hacer pasillo en el Camp Nou, es una decisión mía"
Con esa frase, Zinedine Zidane dejó en claro hace más de un mes que si el Barcelona llegaba al clásico con el Real Madrid siendo campeón la fecha anterior, sus jugadores no aplaudirían el arribo del equipo rival. De esta manera, incumpliría con una tradición que la rivalidad de los dos equipos más grandes de España se han encargado de pisotear en los últimos tiempos.
El 7 de mayo de 2008 fue la última vez que uno de estos equipos aceptó hacerle pasillo al otro. En ese entonces el Barcelona del holandés Frank Rijkaard recibió al Real Madrid del alemán Bernhard Schuster, que se había consagrado en la jornada anterior como campeón del torneo doméstico. Luego de aquel gesto de respeto, comenzó la polémica.
El 23 de diciembre de 2013 el elenco catalán, conducido técnicamente por Tito Vilanova se negó a recibir a su clásico, luego de que éste conquistase el Mundial de Clubes. El argumento fue que los azulgranas no habían disputado ese certamen y por eso no debían reconocer al campeón.
Ese episodio quedó marcado y desde entonces cada vez que se acerca la posibilidad de que se cree un pasillo, los dardos cruzados comienzan a lanzarse desde ambos lados.
"Ellos ya tienen el título que querían y el pasillo les es indiferente para ellos y para nosotros. Que ellos disfruten de su título y nosotros a lo nuestro. No le deis más vueltas", señaló Sergio Ramos.
Por su parte, Jordi Alba señaló que si la situación fuera a la inversa, ellos sí realizarían pasillo: "El Barcelona ha demostrado que lo ha hecho en anteriores ocasiones al Madrid, como ya ocurrió en el Bernabéu, pero cada uno toma las decisiones que cree convenientes y se tiene que respeta".
Lo cierto es que la rivalidad entre ambos clubes ha llegado a tal punto que el respeto y la tradición que nació en la década del 70 cuando el Athletic de Bilbao aplaudió al Atlético de Madrid, han quedado pisoteados y la deportividad ha perdido "La Batalla del Pasillo".
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