El clásico entre Barcelona y Real Madrid fue un partido plagado de polémicas, entre ellas un penal no cobrado en favor del elenco visitante que pudo haber cambiado el resultado del partido.
Cuando el partido estaba 2 a 2, Marcelo se filtró entre la defensa del equipo catalán recuperó el balón, se sacó dos jugadores de encima y recibió una patada de Jordi Alba. El defensor español, en su intento por sacar la pelota, pateó al brasileño y se salvó de la sanción.
El árbitro Hernández Hernández no consideró que era falta y dejó seguir la acción que generó polémica en las redes sociales.
Ésta no fue la única decisión del juez que fue controversial. El segundo gol del Barcelona, convertido por Lionel Messi, inició gracias a una infracción de Luis Suárez sobre Raphael Varane que tampoco fue cobrada.
Finalmente el partido terminó 2 a 2, resultado que dejó más conforme al local, que jugó todo el segundo tiempo con 10 por la expulsión de Sergi Roberto, ya que mantuvo el invicto en La Liga.
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