El reloj marcaba los 88 minutos de juego en el Estadio Wanda Metropolitano. Barcelona goleaba 5-0 a Sevilla y sólo el tiempo le impedía levantar la copa de campeón de la Copa del Rey. Ernesto Valverde miró a su alrededor y tomó la decisión que generó una imagen que seguramente perdurará a lo largo de los años: reemplazó a Andrés Iniesta, en el que pudo haber sido uno de sus últimos partidos en el club.
El "Cerebro" caminó rumbo al banco en medio de una lluvia de aplausos para darle el paso a Denis Suárez. El ruido de las palmas y los gritos no venía únicamente desde las tribunas con fanáticos del Blaugrana, también se sumaron al homenaje los simpatizantes sevillanos presentes en la cancha.
Ya sentado en el banco de suplentes, los ojos brillosos del capitán de 33 años delataban la emoción del hombre que lleva 16 años defendiendo los colores del primer equipo.
La señal es inequívoca: Iniesta se marchará del club al finalizar la temporada. En las últimas horas se filtró que el destino del mediocampista sería el Chongqing Dangdai Lifan, de la Superliga de China.
Al finalizar el duelo contra Sevilla, el padre del deportista dejó en claro lo que sucederá con su hijo a mitad de año: "Mi hijo va a dar un paso duro. Tenía intención de anunciar su decisión esta próxima semana".
"Andrés ha estado muy bien, en su línea, tiene clase para hacer goles así. Si ha sido el último gol con el Barça ya lo dirá él. La ovación final ha sido tremenda, es tanto el cariño que le tiene la gente que no se puede devolver. Se me saltan las lágrimas escuchando de nuevo la ovación que le han brindado a Andrés", reconoció José Antonio Iniesta.
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