El Cardiff y el Wolves jugaron este fin de semana uno de los partidos más atrapantes del año. Los locales, vestidos de azul, tenían 80 puntos y se ubicaban segundos en la Championship, segunda liga de Inglaterra, a 6 unidades del líder, el conjunto visitante.
El puntero, vestido de naranja, convirtió el 1 a 0 cuando faltaban 25 minutos para el final del encuentro con un tanto de Rubén Neves y parecía que el triunfo sería un hecho. Pero el árbitro adicionó cinco minutos, que serían eternos.
A los 94, los locales consiguieron un penal a favor. Pero el arquero John Ruddy le tapó el disparo a Gary Medine y envió la pelota al tiro de esquina. Por la demora en la ejecución, debido a la protesta, se adicionó un minuto más.
De ese córner, partió un centro al área que casi termina en el empate, pero Ruddy volvió a evitar la caída de su valla con una genial salvada. Sin embargo, la acción no terminó y Neves derribó a un rival en el área, lo que significó un nuevo penal para el Cardiff.
Esta vez fue Junior Hoilett quien se hizo cargo de la ejecución, aunque su disparo se estrelló en el travesaño, para desgracia de su equipo que terminó perdiendo 1-0.
De esta manera el Wolves se mantiene en en la cima de la tabla de posiciones con 89 puntos, nueve más que el Cadiff (que aún debe disputar un duelo pendiente ante el Derby), a falta de cinco fechas para el final. Cabe destacar que los dos primeros conseguirán el ascenso directo.
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