La canadiense Eugenie Bouchard es una de las tenistas más bellas del circuito y podría suponerse que las empresas se pelean por patrocinarla. Sin embargo, ha dejado de ser un imán para las firmas. A sus 24 años, pese a ser muy activa en las redes sociales y ser modelo ocasional, está perdiendo a sus principales patrocinadores. Sus resultados deportivos le quitan atractivo.
La situación se ha puesto peor con su último tropiezo: quedó eliminada en primera ronda de Indian Wells, torneo al que acudió con una invitación. Ocupa el puesto 116º del ránking WTA. Eso ha generado el desencanto con las marcas a las que había seducido cuando inició su trayectoria deportiva.
Hace cuatro años, Bouchard llegó a la final de Wimbledon y llegó a ser la número cinco del mundo. Babolat y Nike decidieron apoyar su crecimiento, que parecía no tener techo. Pero todo se derrumbó al año siguiente, cuando comenzó a ser blanco fácil para el resto de las jugadoras y a perder terreno en la clasificación mundial.
Eso provocó un paulatino desencanto con las empresas. Este año, Colgate, Aviva (seguros) y Usana (nutrición) han decidido no seguir vinculadas a la tenista canadiense. Nike aún le provee indumentaria, pero ya no le diseña modelos exclusivos y le da pocos premios, porque su contrato va en función de sus resultados.
Por ahora Bouchard sigue entrenándose y mantiene en pie su carrera deportiva, aunque ya es más reconocida por posar en traje de baño para Sports Illustrated que por su participación en los torneos. Actualmente, los ingresos de Bouchard están firmes. De hecho, le ganó un juicio al US Open y su abogado dijo que obtendrá "millones" como indemnización.
No obstante, deberá mejorar su rendimiento porque no se sabe cuánto tiempo más pueda aguantar sin atraer marcas. Además, el The New York Times ha publicado que John Tobias, su manager, ha decidido no continuar trabajando con ella y es el cuarto agente que pierde en cuatro años.
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