Este jueves dos miembros del partido presidencial de Burundi fueron arrestados por la policía y el Servicio de Inteligencia Nacional (SNR), que depende del poder ejecutivo, por "conspiración contra el jefe de estado".
Lo que pujó estas detenciones fue un partido de fútbol disputado entre el equipo del presidente Pierre Nkurunzizal, el Alleluia FC, y uno de la ciudad de Kiremba, conformado por jugadores locales y refugiados congoleños.
Según informó un testigo a la agencia AFP, "estos congoleños aparentemente no conocían al presidente Nkurunziza, porque lo intimidaban fuertemente, lo atacaban cada vez que tenía el balón y lo hicieron caer varias veces, mientras que los jugadores de Burundi fueron cuidadosos de no acercarse demasiado".
Desde la prensa pro-gubernamental indican que estas detenciones son parte de un proceso para "socavar la seguridad del estado" y recuerdan que los partidos son ante equipos conformados exclusivamente por burundeses. Esta falencia en el duelo de la semana pasada provocó los arrestos.
Los hombres apresados fueron responsables de la organización del encuentro. Uno de ellos, Cyriaque Nkezabahizi, se desempeñó como entrenador del equipo local y trabaja en la administración de la ciudad de Kiremba y su ayudante, Michel Mutama, está a cargo del deporte en la zona.
Pierre Nkurunzizal preside la nación africana desde 2005 y su amor por el deporte nació de pequeño y lo acompañó durante toda su vida. Antes de haber sido elegido mandatario, trabajó como profesor de gimnasia en la Universidad Nacional. Actualmente practica natación, ciclismo y juega hasta tres partidos de fútbol por semana.
Entre los hechos más destacados de su gestión con respecto al deporte, se destaca la creación de un estadio para 9.000 personas en su pueblo natal y más de 10 a lo largo del país. Mientras tanto, su principal objetivo es lograr que se modifique la constitución a través de un referéndum para poder seguir en el poder hasta 2020.
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