Tras recibir el premio Laureus al mejor deportista de 2017, en Mónaco, el suizo Roger Federer compartió una conferencia de prensa con un grupo reducido de periodistas en donde confesó que no es "el hombre perfecto", además de revelar cuál es el origen de su forma de jugar.
Además del premio al mejor deportista del año, Federer se llevó el galardón al 'Mejor Regreso', con lo que suma seis trofeos Laureus, un récord en la historia de estos premios, que se entregaron por primera vez en el año 2000.
"Nunca he tratado de imitar a otros jugadores. Intento moverme lo mejor que puedo y resulta que a la mayoría de la gente le resulta estético", reconoció el actual número uno del tenis mundial al ser consultado por el origen de su forma de jugar.
"Quizá sea porque en los últimos años el tenis se ha hecho cada vez más agresivo, quizá porque pegó el revés a una mano, porque uso mucho el revés cortado. Quizá por eso resulte elegante", reveló Roger Federer, y agregó: "Tengo suerte porque mis movimientos me han hecho padecer menos lesiones que otros. Mi forma de moverme ha reducido el desgaste. Estoy feliz de parecer elegante, pero nunca ha sido un objetivo para mí, es algo que sucede de forma natural".
El oriundo de Basilea también explicó que tiene muchos defectos. "No soy perfecto. Cuando eres marido y padre es imposible serlo. Es una batalla diaria por mantener la calma. Intento ser el mejor padre, el mejor marido, el mejor tenista. Cometo muchos errores, pero trato de aprender de ellos".
El talentoso deportista de 36 años es consciente del cariño y admiración que despierta tanto dentro como fuera de las canchas, "ayuda estar 20 años en el deporte", aseguró. "Creo que mi juego elegante hace que les recuerde a épocas pasadas. Haber pasado momentos difíciles en los últimos años también influyó. Cuando dejas de ganar, la gente te ve más humano".
"Creo que en los últimos tiempos ha aumentado mi popularidad. También ser una persona familiar, dar más importancia a mi familia que al tenis. Creo que a la gente le gusta eso. No quiero ni pretendo gustar a todos, pero estoy orgulloso de ser un ídolo para algunos chicos", concluyó Su Majestad.
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