Suena el himno de la Champions y el hombre se transforma. La mirada del tigre se apodera de él, su gestualidad, ya de por sí histriónica, se exacerba, huele la sangre. Y vuelve a ser él. El Balón de Oro 2017, el premio The Best, Cristiano Ronaldo. A los 33 años, el portugués fue decisivo cuando debía serlo: anotó dos goles y le insufló aire al Real Madrid para que venciera 3-1 al PSG en una serie en la que no lucía como favorito.
En el primer gol, el 1-1, Cristiano se hizo cargo del penal y lo remató con justeza, junto al palo derecho de Aréola, que se arrojó hacia ese lado, pero no pudo siquiera rozar el balón.
El segundo, el 3-1, bien de goleador: aprovechó un centro de Marco Asensio que se levantó y, con la rodilla, le puso la firma a su característico festejo. Un saltito, brazos hacia los costados, la boca llena de gol.
Inquieto, todo el tiempo buscó su gol. En la primera etapa, Aréola le tapó un mano a mano. Luego ejecutó dos tiros libres bien posicionados para su pegada: uno dio en la barrera, el otro se marchó por encima del travesaño.
Se sintió más acompañado con los ingresos de Lucas Vázquez, Marco Asensio y Gareth Bale. Y se impuso en el duelo de estrellas ante Neymar.
Cristiano alcanzó los 101 goles en la Champions League. Es el goleador de la presente edición, con 11 conquistas (tres de penal), la misma cifra que ostenta en la Liga de España, que lleva 23 partidos… Otra prueba de que una competencia en particular lo motiva.
Y, aunque no fue su encuentro más brillante desde el juego, acabó en la portada de todos los diarios, como el protagonista de la película. Es que en los títulos escuchó el himno de la Champions League. Y ya se sabe lo que ocurre…
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