Este domingo los Philadelphia Eagles vencieron 41-33 a los New England Patriots y se consagraron campeones por primera vez del Super Bowl, en la edición 52 del mega evento deportivo que paraliza a los Estados Unidos.
El triunfo tuvo su momento clave sobre el final del último cuarto cuando los defensores del título iban en búsqueda de un touchdown que los pusiera a tiro del empate.
La jugada que marcó el Super Bowl LII
Cuando el marcador estaba 41-33 y aún restaban 2 minutos para el final, Brandon Graham, ala defensiva del elenco campeón, logró robarle el balón al mariscal de campo estrella Tom Brady y el novato atrapó el ovoide para quitarle el ataque a los Patriots y prácticamente sentenciar el encuentro.
Luego de esa acción, Brady no pudo tolerar haber sufrido su primer "fumble" en 20 partidos de Playoffs y se derrumbó a un costado del campo de juego aguardando la culminación del encuentro.
La imagen del quarterback de 40 años con las manos sobre el rostro recorrió el mundo y despertó la duda: ¿Era ese su último encuentro?.
Cuando terminó el Super Bowl LII, Brady habló con la prensa: "Apenas han pasado minutos desde que perdimos el partido y por lo tanto no se puede hablar de lo que será mi futuro, aunque como es lógico tendré que analizar toda la situación". Pero finalmente despejó las dudas: "Al final del camino no veo porque no podría volver a jugar lo que será mi decimonovena temporada como profesional".
La derrota, tercera en un Super Bowl para él, fue dura para su equipo y para su familia. Al finalizar el encuentro, su esposa, Gisele Bundchen, y uno de sus hijos lo consolaron en los pasillos del U.S. Stadium de Minneápolis. "Estamos increíblemente orgullosos de vos porque somos capaces de ver todos los días tu compromiso, tu sacrificio y el trabajo duro que realizas para convertirte en el mejor en lo que haces. Te amamos", escribió la modelo brasileña en las redes sociales.
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