Hwangbo Young, jugadora de hockey de Corea del Norte que huyó a Corea del Sur en 1997, dijo que la primera vez que jugó en el sur "parecía una broma", pero no por la calidad de las jugadoras sino por las condiciones relativamente cómodas en las que se entrenaban.
La semana que viene en Pyeongchang comenzarán los Juegos Olímpicos de Invierno y será la primera vez que las dos Coreas formarán una selección femenina de hockey sobre hielo como parte de un esfuerzo de unión ingeniado por responsables surcoreanos, donde entrenadores y
jugadores deberán superar sus diferencias.
Hwangbo tenía 12 años cuando empezó a practicar el deporte que ama. "En Corea del Norte, entrenar en sí es muy duro", le dijo a la agencia Reuters en Seúl, donde le enseña a escolares. "No había pistas de hielo, así que sólo podíamos jugar en invierno. Poníamos una valla en una pista deportiva y hacíamos hielo para jugar allí", explicó.
Veintidós deportistas norcoreanos están en su país vecino para competir en el evento que se realizará entre el 9 y 25 de febrero. Sólo dos patinadores clasificaron oficialmente y el resto fueron aprobados por el Comité Olímpico Internacional para dar oportunidad a países no favoritos.
El líder norcoreano, Kim Jong Un ha impulsado el gasto en deportes para que su país se convierta en una "potencia deportiva", pero no se prevé que el país logre oro en esta edición. "Corea del Norte es una región fría con mucha nieve y por ello mucha gente normal disfruta de varios deportes de invierno", dijo Kim Yong-hyun, profesor de Estudios Norcoreanos en la Universidad de Dongguk.
"Los deportistas no tienen la oportunidad de ser entrenados a un nivel mundial y hay pocos ejemplos de logros reales", continuó el letrado. Seis años después de que Hwangbo y su familia huyeran, ella integró el primer equipo nacional femenino de hockey sobre hielo en Corea del Sur cuando compitió en los Juegos Asiáticos de 2003 en Japón. La deportista relató que espera ver a sus amigas del equipo norcoreano, quienes la llamaron "traidora".
Ahora Hwangbo es escéptica mientras Corea del Sur se prepara para competir junto a 12 norcoreanas, al afirmar que el nivel en el Norte ha bajado: "No pudieron seguir las nuevas tendencias y todavía juegan al viejo estilo, carecen de muchas cosas".
Otros deportistas norcoreanos que huyeron cuentan historias similares. Como la joven boxeadora Choi Hyun-mi, de 29 años, quien aseguró que a menudo se sometían a regímenes brutales de trabajos tras ser elegida para un programa de entrenamiento cuando tenía 11 años.
Ella era una de los 20 boxeadores que esperaban representar a su país en los Juegos Olímpicos de Verano de 2008 en Pekín. Tal es así que relató detalles de aquellos tiempos: "Había deportistas tan decididos a superar a sus compañeros de equipo que se escapaban de sus dormitorios a entrenar de madrugada".
"Todo era competencia", contó Choi. "Nos duchábamos tras correr, pero el último que salía del baño tenía que limpiar. Comer también era una competencia, el que llegaba más temprano comía más que el que llegaba tarde", concluyó.
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