Cada vez que el espíritu olímpico invade a las ciudades organizadoras, el color también es parte de la tradicional ceremonia que consiste en el traslado de la Antorcha Olímpica. A poco más de una semana para el inicio de los Juegos de Pyeongchang, una vaca se convirtió en noticia por ser parte de la entrega del histórico emblema.
En las calles de Corea del Sur el animal conformó parte del escenario, al trasladar el carro que transportaba a la persona encargada de mantener la llama olímpica encendida.
Lo llamativo es que el animal no fue seleccionado como mascota, dado que para los Juegos Olímpicos de Invierno se seleccionaron a Soohorang y Bandabi, quienes encarnan a un tigre blanco, cuyo nombre mezcla la palabra "protección" y un oso negro asiático, representativo del poder de la voluntad y el coraje en la cultura surcoreana.
La llama olímpica fue prendida en el templo de Hera en Olimpia (Grecia) el 24 de octubre de 2017, cumpliendo con la tradición. Después de una semana de recorrido por tierras helenas, el 31 de octubre fue transportada en avión hacia el aeropuerto de Incheon, para a continuación partir hacia la isla de Jeju. A lo largo de tres meses se visitaron todas las provincias de Corea del Sur, el 2 de febrero culminará su recorrido en Gangwon.