Se sentaron uno junto al otro pero a la vez estaban muy lejos. La tensión en aquel estudio de TV traspasaba la pantalla. Eran los dos entrenadores de fútbol más famosos de Inglaterra y su enemistad era total, al punto de que lo de Mourinho-Guardiola sería un juego de niños. Su odio era público pero allí estaban, sentados junto al periodista Austin Mitchell a punto de salir en vivo para el canal ITV de Yorkshire Television. Aquel 12 de septiembre de 1974, Brian Clough dio una entrevista a horas de su despedido del Leeds United. Había durado sólo 44 días como reemplazante de Don Revie, el otro entrevistado, quien en 13 años había sacado al club de la Segunda División y le había hecho ganar dos campeonatos de Primera División, una FA Cup, una Copa de la Liga y una Charity Shield (Supercopa inglesa). Por sus éxitos, fue elegido para ser DT de la selección inglesa y Clough, quién lo criticaba constantemente por pregonar un fútbol violento y muy poco estético, había fracasado en su afán de sustituirlo. Quiso imponer su sello en grupo de jugadores nostálgicos y terminó cesado. "Quería una oportunidad de ganar la Copa de Europa este año, quería lograr algo que tú no habías hecho. Quería hacerlo mejor que tú", le confesó Clough a Revie, quien, entre frases ofensivas y comentarios hirientes, le preguntó por qué había aceptado el trabajo.
Meses después, el 6 de enero de 1975, Brian Clough fue contratado por el Nottingham Forest, club con el que cumpliría ese deseo de ser campeón de Europa. Y lo haría dos veces, en años consecutivos. Aquel extrovertido entrenador inglés desembarcó en City Ground con un currículum que oscilaba entre los triunfos y las salidas abruptas, para construir uno de los equipos más recordados de la historia del fútbol mundial.
Clough, al rescate del Notthinham Forest
Al llegar al Leeds United, Brian Clough ya era una celebridad en Inglaterra. Estaba en TV cada semana, era muy carismático. Tenía una personalidad excéntrica, rozaba la arrogancia, decía lo que pensaba y sus palabras no tenían límites. Había sido un gran goleador en su época de futbolista del Middlesbrough y el Sunderland, aunque su verdadera fama llegó como entrenador del Derby County: lo ascendió a Primera División y fueron campeones, además de alcanzar las semifinales de la Copa de Europa. Sin embargo, aquel prestigio se había deslucido. Se marchó del Derby County por pelearse con el presidente de club y posteriormente duró ocho meses en el Brighton & Hove Albion de la tercera división, donde hizo una pésima campaña. Su llegada al Leeds fue muy sorpresiva porque previamente, cuando Don Revie estaba a cargo, los había tildado de "sucios" y "tramposos" y había pedido que pierdan la categoría como castigo por su falta de disciplina.
Lo cierto que es la experiencia de Brian Clough a cargo de los vigentes campeones del fútbol inglés fue traumática y duró sólo siete semanas. Intentó modificar por completo el estilo que el club había tenido por más de una década y algunas estrellas del club, como Johnny Giles, Norman Hunter y Billy Bremner, le dieron la espalda rápidamente. Su salida fue inevitable y estuvo fuera de los banquillos hasta que recibió la oferta del Nottingham Forest, por aquel entonces estancado en la Segunda División. Había perdido la categoría en la temporada 1971-1972, la misma en la que Brian Clough ganó el título de liga con el Derby County, y pensó en que el DT podría repetir aquella hazaña.
A días de su llegada, Clough fichó a John O'Hare y John McGovern, quienes también lo habían seguido de Derby County al Leeds. Y lo más importante: meses después de su arribo y antes de comenzar su primera campaña completa, incorporó a su equipo de trabajo a Peter Taylor, su mano derecha. Había sido su ayudante de campo desde sus comienzos en la cuarta división, pero llevaban casi 18 meses distanciados tras su intrincada salida del Derby County. Taylor era la voz de su conciencia, su complemento. Él elegía los jugadores, Clough sacaba lo mejor de ellos. Los potenciaba, los hacía competitivos y ganadores. Juntos lograron el ascenso a la Primera División.
De recién ascendido a imbatible
Al llegar a la máxima categoría para el campeonato de 1977-1978, Clough contrató al portero Peter Shilton, al defensor central Kenny Burns –que venía de jugar de delantero en el Birmingham– y al mediocampista Archie Gemmill. Encajaron a la perfección con Viv Anderson, Colin Barrett, Larry Lloyd, Martin O'Neill, Ian Bowyer, Tony Woodcock y John Robertson, quien se transformaría en un extremo izquierdo letal y en la gran figura de un equipo reconocido por su blindaje defensivo, dentro de una idea de juego colectiva y práctica. El esfuerzo era un valor estratégico común, sin importar la posición o el rol dentro del campo de juego. El Nottingham Forest de Clough, no obstante, producía ataques dinámicos y tenía destellos de creatividad e improvisación que eran poco vistos en esa época. Clough transmitía conceptos simples, era un gran comunicador, y sacaba la mejor versión de sus hombres.
Un triunfo por 4-0 sobre el Manchester United en Old Trafford en diciembre de 1977 los confirmó como serios candidatos al título, aunque los medios hablaban de una burbuja que en algún momento podía reventar. Jamás pasó. El Nottingham Forest se consagró campeón de la Primera División y de la Copa de la Liga en el mismo año su regreso a la máxima categoría.
Entre el noviembre de 1977 y diciembre de 1978, Nottingham Forest estableció un nuevo récord de 42 partidos de liga consecutivos sin derrotas. Era un récord sensacional y asombroso a nivel mundial para un equipo que hacía poco transitaba a duras penas en las categorías de ascenso del fútbol inglés.
La conquista de Europa
A la temporada siguiente, lo que parecía un cuento de hadas se convirtió en leyenda. En la primer ronda de la Copa de Europa, lo que actualmente se conoce como la Champions League, el equipo de Brian Clough quedó emparejado con el Liverpool. En aquel entonces, el torneo estaba compuesto por 32 equipos enfrentados en eliminatorias a doble partido. Aquel Liverpool era el defensor del título, había ganado las dos últimas ediciones. "Nos llevan 14 años de ventaja, porque creo que hace 14 años seguidos que juegan en Europa, y este es nuestro primer año. Pero los enfrentaremos igual que el año pasado, no hay que preocuparse demasiado", dijo el confiado estratega antes del choque.
Un 2-0 en Anfield y un empate sin goles en City Ground le dieron la clasificación a la siguiente fase. Luego eliminaron al AEK Atenas que dirigía Ferenc Puskas con un global de 7-2 (triunfo 5-1 en Inglaterra). Vencieron al Grasshoppers de Suiza en cuartos de final (global 5-2) y al Colonia de Alemania en semifinales, tras empatar 3-3 de local y lograr un milagroso 1-0 de visitante. En la final se impusieron ante el Malmö de Suecia en el estadio Olímpico de Múnich, al que acudieron 20.000 fanáticos ingleses. El único gol del partido lo marcó Trevor Francis, un joven por el que Clough hizo que la directiva pagará la cifra récord de un millón de libras.
En la siguiente temporada, el Nottingham Forest de Clough se negó a jugar la Copa Intercontinental ante Olimpia de Paraguay, que derrotaría al Malmö por un global de 3-1. Más allá de esa negativa, retuvieron el título continental al ganar la Copa de Europa 1979-1980. Derrotaron al Öster de Suecia (3-1), al Argeș Pitești de Rumania (4-1), al Dynamo de Berlín en cuartos de final (3-2 en el global, a pesar de caer 0-1 en casa), al Ajax en semifinales (2-1) y al Hamburgo en la definición disputada en el Santiago Bernabéu (1-0).
En febrero de 1981, el Nottingham Forest de Clough perdió la Copa Intercontinental de 1980 ante Nacional de Uruguay. Fue derrota 1-0 a partido único en Tokio, Japón, un país que a partir de esa edición se transformó en sede fija. El grupo de jugadores que conquistó a Europa comenzó a desarmarse por las ventas y el adiós de Peter Taylor en mayo de 1982 se terminó disgregando.
Clough estuvo a cargo del equipo durante 11 temporadas más, aunque luego de la muerte de Taylor en 1990 multiplicó sus problemas con el alcohol y se retiró de los banquillos tras el descenso del Nottingham Forest en la temporada 1992-1993. Un desenlace triste para un entrenador que inspiró a generaciones futuras y estimuló a la creación de libros, películas y documentales. Su estilo era brillante y aquella gesta continental que había añorado ante las cámaras de televisión en 1974, quizás en la entrevista más incómoda de su carrera, le valió el respeto eterno en el fútbol inglés. Brian Clough y su Nottingham Forest entraron en la historia.