La novela, que comenzó a mediados de noviembre, sigue sumando capítulos, casi que exige una segunda temporada. A través de un audio filtrado por una amiga de Gladys Ortega, esposa de Roberto Ovelar, salió a la luz el affaire que terminó complicando el clima en el vestuario de Junior de Barranquilla: el paraguayo acusó a Teófilo Gutiérrez de haber intentado seducir vía redes sociales a su pareja. La historia derivó en la partida del atacante guaraní, que ya fue presentado en Millonarios de Bogotá. "Hace unos meses mi esposa recibió una solicitud de mensaje que provino de la cuenta personal de la red social de un 'compañero' del equipo, luego de que mi señora me notificara de la situación, me le acerqué muy amablemente y él me manifestó que no fue él. La situación nunca quedó clara", dijo Ovelar en su descargo. "Quise poner por encima los objetivos de un gran equipo y que esta situación personal no generara inestabilidad en el grupo, aislando mis sentimiento lo más humanamente posible y evitando violencia física y verbal", agregó.
— Bufalo Ovelar (@RobertoOvelarM) October 1, 2017
Detrás del escándalo, la historia de amor que no se rompió a pesar del intento del ex delantero de Racing y River; una novela no menos polémica. Es que, según contó la propia Gladys Ortega al diario El Heraldo de Colombia en 2016, conoció a Ovelar cuando apenas tenía 9 años. "Él vivía en mi casa y nunca se me pasó por la mente que pudiese ocurrir algo. Cuando cumplí 13 y estaba más grandecita, nos mandábamos mensajes de texto (risas), a raíz de eso empezamos a hablar, no fue amor a primera vista, fue bastante tiempo después", contó cómo fueron los inicios de la relación. La diferencia entre ellos es de siete años. Y se transformó en esposa del atacante cuando todavía era menor de edad. "Yo me casé cuando tenía 16 años, bastante temprano, y Roberto tenía 23. Lo hice con el permiso de mis padres", aclaró.
En la entrevista con el medio colombiano, Ortega, de 25 años, se definió como una mujer "explosiva", y agrega: "Gracias a Dios tengo un esposo tranquilo que es el que me calma, no tolero la gente que critica y señala sin conocer, sin tener fundamentos, ahí es cuando mi carácter sale a relucir. Parezco y soy muy callada, pero cuando tengo que salir, lo hago con todo". Sus palabras permiten imaginar la intensidad con la que habrá vivido todo el affaire por el caso Teófilo Gutiérrez.
Luego de la mala experiencia en Barranquilla tras el suceso mediático (antes de eso, Gladys definía a la gente de la ciudad como "calidosa"), la familia Ovelar se trasladará a Bogotá, el amor no se rompió. Como testimonio de ello, vale el tatuaje en su espalda: se trata de un búfalo con un balón. "Búfalo", justamente, es el apodo de su esposo.
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