El partido estaba 1 a 1 y el marcador señalaba los 90 minutos reglamentarios y el alargue era cuestión de tiempo. El cuarto árbitro se acercó a la línea de cal, levantó el cartel e hizo enfurecer a Josep Guardiola.
El Manchester City había comenzado ganando con gol de Bernardo Silva a los 26 minutos del primer tiempo, pero Jamie Vardy sobre el final del complemento igualó las acciones sobre el final. Eso había enojado al entrenador español que había guardado a los argentinos Nicolás Otamendi y Sergio Agüero y veía como el resultado escapaba a su plan.
Por eso, al ver que se jugarían ocho minutos de tiempo de adición, Guardiola estalló. Para no ser castigado, el ex director técnico del Barcelona optó por la ironía: "¿Por qué no adicionas más?".
Finalmente los ocho minutos no influyeron en el marcado ni tampoco los 30 minutos que se jugaron en el tiempo suplementario. El City logró pasar de fase al imponerse en los penales 4-3 gracias al yerro de Vardy y a la atajada de Claudio Bravo a Riyad Mahrez.
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