Duelo para definir el líder de la tabla anual en el fútbol uruguayo. Se medían Peñarol y Defensor. En tiempo de descuento, Cristian "Cebolla" Rodríguez convirtió el 1-0 para el "Carbonero" y el banco de suplentes del "Violeta" explotó porque tenía la intención de sacar rápido del medio, para intentar conseguir el empate. Alejandro Acevedo, ayudante de campo de su hermano Eduardo en Defensor, protestó airadamente por la demora. Esteban Ostojich, el árbitro, no dudó y se acercó a sacarle la tarjeta roja, mientras Héctor Martínez, el cuarto juez, intentaba interceder ante la furia de Acevedo. Hasta ahí, una escena casi habitual en el fútbol rioplatense. Pero no terminó ahí…
En el afán de contener al asistente del DT, Martínez alzó los brazos y Acevedo se autocandidateó para el premio Oscar: simuló un golpe de la autoridad y se dejó caer. Todo ante las cámaras de TV que confirmaron que no hubo ni un mínimo contacto. "Me costó dormir. Lo que sentí fue preocupación. En la cancha levanté las manos porque no lo toqué (a Alejandro Acevedo), pero después me preguntaba si lo había hecho. Me entró la duda y me quedé preocupado porque yo podría haber generado algo", señaló Martínez, incluso consternado por su actuación.
Más allá de lo sucedido, el cuarto árbitro no lo condenó: "Acevedo es un loco divino fuera de la cancha, pero adentro sufre una transformación". Por lo pronto, el domingo, Defensor y Peñarol, ganadores del torneo Apertura y del Clausura de Uruguay, respectivamente, volverán a enfrentarse para decidir el campeón anual. Alejandro Acevedo, expulsado, no podrá volver ofrecer una actuación de factura tal como la de anoche.
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