La ronda de declaraciones por el FIFA Gate en la Corte Federal de Brooklyn presentó hoy a un nuevo protagonista clave: se trata de Santiago Peña, ex empleado de Hugo y Mariano Jinkis en la empresa Full Play, encargada de la comercialización de derechos televisivos de diversas competencias. Se puede aseverar que Peña reveló que los dirigentes que comandaban el fútbol de Sudamérica eran de alta gama. ¿Por qué? Sacó a la luz los registros de pagos de sobornos a presidentes de las distintas federaciones. Desde 2013, a pedido de los Jinkis, dicho registro dejó de llevar las iniciales de los receptores para pasar a utilizar alias menos obvios. Así, cada directivo pasó a llevar el nombre de empresas fabricantes de automóviles.
De esta manera, por ejemplo, los pagos a Juan Ángel Napout, presidente de la Conmebol, llevaban la nomenclatura "Honda". Los del argentino José Luis Meiszner, secretario de la Confederación Sudamericana, "Peugeot". El boliviano Carlos Chávez era identificado como "Volkswagen". El venezolano Rafael Esquivel, uno de los primeros detenidos por la causa, "Mercedes Benz". Al ecuatoriano Luis Chiriboga le adjudicaron "Toyota". El peruano Manuel Burga, "Fiat". El colombiano Luis Herberto Bedoya era conocido como "Flemic". Y el chileno Sergio Jadue, "KIA".
Peña indicó que retuvo los registros en una caja de seguridad ubicada en su casa hasta dos años después del primer gran allanamiento en el contexto de la causa, ocurrido el 27 de mayo de 2015 en Suiza. Y que luego los entregó a las autoridades judiciales estadounidenses para colaborar con el FIFA Gate.
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