En los Estados Unidos ya son celebridades. La familia Ball desde hace rato se ganó un lugar en las primeras planas de los medios deportivos, a pesar de que recién uno de sus integrantes acaba de debutar en la NBA. Lonzo Ball es el mayor de tres hermanos que se dedican al básquet desde que eran niños. Su mentor fue LaVar, su padre, quien jamás pasó del nivel universitario, pero cuando tiene un micrófono adelante, suelta palabras como si hubiera sido el mejor de la historia.
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"En mis tiempos, habría destrozado a Michael Jordan en el uno contra uno", es una de las disparatadas frases que caracterizan a LaVar, quien antes de que su hijo Lonzo (milita en Los Angeles Lakers) se transformara en profesional afirmaba que el mayor de sus retoños era mejor que Stephen Curry, la estrella de los Golden State Warriors.
La actuación de Lonzo contra los Pistons esta temporada
LaVar circuló sin pena ni gloria por el básquet universitario en la década del 80 y tuvo un breve paso por el fútbol americano, aunque jamás se destacó. Se casó con Tina, madre de sus tres hijos, quien también fue basquetbolista universitaria: los niños llevan la pasión por la pelota naranja en sus genes.
Mientras Lonzo (20 años), elegido en la segunda posición del draft, da sus primeros pasos en la fase regular de la actual temporada de la NBA con los Lakers, sus hermanos menores LiAngelo (17) y LaMelo (16) se desempeñan en la UCLA (Universidad de California) y dan que hablar.
El menor de la dinastía anotó 92 puntos durante un partido en abril pasado, sacando jugo a su faceta ofensiva, ya que pocas veces aporta en la recuperación del balón y es acusado de abusar de su individualismo. Su papá no se ahorra elogios, pero sí es un poco más cauteloso con LiAngelo, que genera desconfianza en los analistas. Tal vez no tenga las mejores condiciones técnicas para triunfar en la mejor liga de básquet del mundo, pero existe una alternativa para él en la carrera de economía, la faceta que pretende explotar al máximo LaVar. Esta semana protagonizó un escándalo en China, donde fue acusado de robo.
Big Baller Brand es la marca que pertenece a la "primera familia del baloncesto en América", tal como la describe LaVar. Entre sus prendas destacadas, se comercializan las zapatillas ZO2 (utilizadas por Lonzo), que se lanzaron a un precio nada accesible de 495 dólares. Cuestan más del doble que las LeBron XIV Nike de James, que apenas llegan a los 175 dólares.
LaMelo Ball se destaca en la UCLA
Ninguna compañía se atrevió a firmar un acuerdo con los Ball, ya que salieron espantados cuando LaVar negoció los montos del patrocinio: 1.000 millones de dólares les pidió a las marcas de indumentaria para consolidar un acuerdo con BBB. "No hace falta que me los den por adelantado, pueden darnos 100 millones de dólares al año", fue la forma de pago que propuso el extravagante apoderado.
Muchas personalidades tildaron de "lengualarga" a Ball padre, quien se animó a ponerse a la altura de Michael Jordan y ningunear a Curry, pero también retrucó a otro histórico,como Charles Barkley, quien lo desafió a un duelo uno contra uno, harto de su altanería. ¿La respuesta de LaVar? "Está demasiado grande. Mejor que se quede detrás del escritorio de TNT y siga comiendo sus donas".
Los proyectos de basquetbolistas ya cuentan millones de dólares y se muestran en las redes sociales con coches deportivos de alta gama. Lonzo tiene en su cuenta de Instagram más de 3 millones de seguidores, LaMelo está cerca de alcanzarlo y LiAngelo no se queda atrás, con casi 2 millones.
Hace algún tiempo, a Lonzo le preguntaron qué pensaba de las formas de su padre, y explicó: "Ha sido así siempre, no es nada nuevo para mí. Ahora tiene las cámaras, así que ustedes lo están viendo por primera vez. Nunca va a cambiar".
En los Estados Unidos hasta se emitió un reality show que tuvo como protagonista a esta singular familia, que está decidida a cambiar la historia del deporte predilecto en su país, y sin lugar a dudas, permanecerá en boca de todos por al menos un tiempo más.
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