El Mundial de 1998 se privó de contar con dos figuras internacionales debido a sus constantes actos de indisciplina. Tal vez el caso más recordado sea el de Paul Gascoigne, quien ya había participado de la Copa del Mundo que organizó Italia en 1990 y su ausencia se produjo a causa de su adicción a las drogas y al alcohol.
Un mes antes de que empezara la competencia en Francia, Inglaterra participó del torneo King Hassan II, junto al combinado Le Bleu, Marruecos y Bélgica, donde el delantero del Glasgow Rangers protagonizó un episodio que lo alejó de su selección de por vida.
En una de las calurosas noches africanas, Gascoigne volvió de una salida grupal a la concentración en un estado etílico que no pudo disimular. Su borrachera despertó el enojo del entrenador Glenn Hoddle, quien despidió al futbolista del equipo y lo marginó de la lista de los que participarían en el Mundial.
"Necesito jugadores que puedan correr los 90 minutos y en la actualidad Paul no está en condiciones de hacerlo", fue la frase con la que se justificó el DT ante la prensa. Lo llamativo fue que sus propios compañeros defendieron a la estrella internacional, al argumentar que todos habían participado de la fiesta. "Paul no era el único que estaba borracho. Había unos cuantos. Todos estuvimos bebiendo en aquel bar", confesó públicamente el arquero David Seaman.
Además, durante el proceso de la preparación Edward Sheringham fue noticia por un hecho similar y el técnico no aplicó la misma sanción. A pesar de estar en su tiempo libre, su situación no pasó inadvertida por lo que publicaron varios medios londinenses cuando el delantero del Manchester United se encontraba en las playas portuguesas.
"Son las 6:45 de la mañana y Sheringham bebe whisky y fuma un cigarrillo antes de acostarse con una rubia. Teddy, eres un idiota", se leyó en el periódico inglés The Sun. Sin embargo, el escándalo mediático no complicó su futuro en la Copa del Mundo. "Estoy decepcionado por lo que hizo, pero entendió que cometió un error, pidió disculpas y por eso seguirá en el equipo", enfatizó Hoddle en una postura completamente distinta de la que tomó con Gascoigne.
El otro de los británicos que se perdió la cita francesa fue Andy Goram, quien atravesó un escándalo nacional por las constantes acusaciones que recibió en su ámbito privado. Cuando participaba de una gira por Estados Unidos con la selección escocesa, su esposa se encargó de visitar los canales de televisión más populares del país para manifestar que su marido había dejado embarazada a otra mujer. No conforme con el conflicto extramatrimonial, una prostituta también se sumó a la exposición mediática al asegurar que le había prestado sus servicios al arquero del Glasgow Rangers a cambio de 200 dólares y nunca había recibido el dinero.
Goram decidió renunciar a la Copa del Mundo por sus problemas personales y el entrenador Craig Brown le dio la responsabilidad de cuidar su arco a Jim Leighton. El experimentado hombre del Aberdeen no logró evitar la frustrante eliminación en primera ronda por las derrotas ante Brasil y Marruecos. Inglaterra, en cambio, llegó a los octavos de final, donde fue eliminada por Argentina a través de los penales. Aquella noche de Saint-Etienne, Seaman estuvo en la cancha y Teddy Sheringham en el banco de suplentes.
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