A menos de ocho meses del inicio del Mundial de Rusia 2018 el Estado Islámico anticipó que el máximo certamen de fútbol podría ser uno de sus objetivos. La última amenaza concreta fue una de las más terroríficas. Una imagen del crack argentino Lionel Messi vestido con un traje de prisionero tras las rejas y con lágrimas de sangre se ha convertido en el mensaje más reciente de la campaña del terror del grupo yihadista contra la Copa del Mundo.
La organización terrorista puso a todos en vilo porque, aunque esta no es la primera vez que se entromete con el fútbol, logró la atención que buscaba por tratarse del más prestigioso evento del planeta y por usar la imagen de uno de los mejores futbolistas del mundo.
Es imposible establecer con exactitud cuán reales son las advertencias de ISIS, aunque los antecedentes pueden ser útiles para entender que Rusia se haya puesto en alerta máxima, estado que se extenderá hasta el desarrollo de la cita mundialista. Por su rol activo en la Guerra Civil Siria, donde su poderosa aviación bombardea yihadistas y rebeldes en apoyo del dictador Bashar al Assad, Rusia es uno de los principales enemigos del Estado Islámico. El Mundial se presenta como un escenario de riesgo.
Afiches y ataques que encienden las alarmas
El afiche de Messi ensangrentado no es el primero en difundirse y difícilmente sea el último. Aunque se trata del golpe más impactante que haya hecho el grupo terrorista hasta el momento. El futbolista argentino es uno de los máximos exponentes del deporte y su figura causa mucho más pánico que el logo de la competición o la estructura de un estadio.
"Han buscado una imagen icónica, porque Leo Messi es el fútbol mundial. Vivimos con esta amenaza desde hace mucho tiempo, no sólo nosotros sino el fútbol mundial. Estamos prevenidos, pero hacemos un llamamiento a la prudencia, calma y serenidad", manifestó Josep Vives, vocero del Barcelona FC, en unas declaraciones que recoge Europa Press.
El astro posiblemente sea parte de la delegación de la Selección Argentina que enfrente a Rusia en un amistoso el próximo 11 de noviembre en Moscú. Un evento que, ante las recientes amenazas, toma mayor relevancia de la esperada.
Hace pocos días llegó la primera advertencia: a través del medio terrorista Al Wafa, el grupo terrorista publicó imágenes de sus yihadistas escoltando el logo oficial del Mundial 2018 y prometiendo ataques. Una semana después, utilizó la imagen de un soldado yihadista armado con una AK-47 observando el estadio Luzhniki en Moscú, una de las sedes del torneo del año que viene, para intimidar nuevamente.
Para comprender la posibilidad de que ISIS ataque un estadio de fútbol durante la Copa del Mundo, puede tomarse como antecedente el amistoso entre Alemania y Francia en noviembre de 2015, cuando activaron una serie de bombas en París y una de ellas explotó en las adyacencias del Stade de France. Esa misma noche, hubo un tiroteo masivo en el que murieron 130 personas. El Estado Islámico se atribuyo varios ataques.
Blindaje contra la violencia externa
Más allá de la preocupación por el comportamiento de los hooligans, el principal foco de la seguridad estará puesto en la violencia externa. ISIS hizo varias amenazas en la previa de la Eurocopa 2016 y la Eurocopa femenina 2017, aunque ambos campeonatos se desarrollaron sin incidentes. Lo mismo sucedió durante el Mundial 2014, año en que el grupo terrorista comenzó su crecimiento mediático.
Lo cierto es que Rusia ha sido víctima de varios incidentes terroristas en las últimas décadas, incluidos algunos de los cuales el ISIS se atribuyó la responsabilidad, y la convocatoria generada por el Mundial es un condimento extra. Aplica como el escenario perfecto para sembrar terror a nivel global.
Un atentado suicida en el metro de San Petersburgo mató a 15 personas el pasado mes de abril. El pasado mes de agosto, un joven apuñalo a varias personas en Siberia. Ambos ataques fueron revindicados por el Estado Islámico. Por ello, Putin ordenó intensificar las medidas de seguridad para la Copa Confederaciones y el Mundial. "Haremos el trabajo necesario para detectar y prevenir amenazas", dijo Alexei Lavrishchev, vocero del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, heredero de la KGB).
El país se prepara para recibir el mayor evento deportivo internacional desde que organizó los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi en 2014, que sirvió como experiencia contra el terrorismo. "Hemos tenido en cuenta la gran experiencia acumulada por el Comité Nacional Antiterrorista y las organizaciones de seguridad involucradas en proporcionar seguridad para los Juegos de Sochi y otros grandes eventos", agregó Lavrishchev.
Se planean operativos especiales de máxima seguridad para proteger estadios, centros de entrenamientos, hoteles, transportes y todos los posibles blancos del próximo Mundial, que se jugará del 14 de junio al 15 de julio del próximo año.
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