En la gala en la que la mayoría de los flashes se los llevaron Messi, Cristiano Ronaldo, Neymar y las leyendas del fútbol, hubo un momento conmovedor: cuando anunciaron que el futbolista togolés Francis Koné era galardonado con el premio de la FIFA al Fair Play por salvar la vida de un rival durante un partido de la liga checa del pasado mes de febrero.
Koné, de 26 años, que juega en el Zbrojovka Brno, salvó la vida del portero rival Martin Berkovec, jugador del Bohemians 1905, al evitar que su lengua obstruya su respiración tras un choque. "Me gustaría darle las gracias a Francis Koné por rescatarme y darme primeros auxilios. Estoy feliz de que estuviera allí y se lo agradezco mucho", escribió Berkovec en las redes sociales en aquel momento.
La imagen del futbolista africano recorrió el mundo y conmovió a los fanáticos. Lo que pocos saben, es que no era la primera vez que lo hacía. Ya fue héroe en reiteradas oportunidades a lo largo de su carrera profesional.
Ha salvado la vida de cuatro futbolistas en los últimos ocho años. En una entrevista con The Guardian, Koné contó su vida, sus dramas en el fútbol y las veces que tuvo que socorrer a otros jugadores en situaciones similares cuando jugaba en Tailandia y en África.
La emotiva historia de Francis Koné
Francis Koné nació en Bondoukou, al norte de Costa de Marfil, y se crió a las afueras de Abidjan, la capital económica del país. Se nacionalizó para jugar para Togo por su madre. Pasó su infancia pescando cangrejos y lavando autos para ganar dinero y comprarse sus primeras botas de fútbol. Su ídolo siempre ha sido Didier Drogba, ex delantero del Chelsea, por lo que sueña jugar en Inglaterra. Ha sufrido muchas dificultades en su carrera futbolística y su primera aventura en el extranjero fue en Tailandia. También jugó en Omán, en Portugal y Hungría, hasta que llegó a República Checa. Allí se ha establecido con su familia. Su drama principal es que siempre ha tenido que lidiar con el racismo.
"Cuando eres africano, un hombre negro, y juegas en un país como este, no es como jugar en Francia o Bélgica. Aunque las cosas están mejorando, aún hay mucho racismo. Cuando estoy en el campo trato de no prestarle atención. Pero es difícil. El racismo me pone enfermo. Duele. Para nosotros, como jugadores africanos, es frustrante escuchar cosas como 'mono' o 'negro'. Tienes que estar ahí, en el terreno de juego, y que te lo indiquen para que entiendas realmente cómo te hace sentir", relató Koné en The Guardian.
Su primera situación crítica fue cuando tenía 18 años y entrenaba con el Muangthong United de Tailandia. Uno de sus compañeros se golpeó la cabeza en el gimnasio donde se ejercitaban. Las otras dos ocasiones, en su paso por el fútbol africano, fueron por golpes entre compañeros en la cancha. El destino lo puso más de una vez ante el desafío de salvar una vida.
"Fue mi mamá quien me dijo que si algo malo pasaba en la cancha no debía salir corriendo y pensar que alguien más iba a resolver la situación", explica Koné, quien no pudo presenciar la gala de The Best celebrada en Londres. Su premio lo recogió un familiar suyo de manos del ex jugador francés Marcel Desailly y del actor británico Patrick Stewart.
Francis Koné se llevó el premio que el pasado año había ganado el club Atlético Nacional de Colombia por su impresionante gesto de humildad de solicitar a la Conmebol que le otorgue el título de campeón de la Copa Sudamericana al Chapecoense, la entidad brasileña que fue víctima de un trágico accidente aéreo.
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