El alcalde de Kaliningrado, una de las sedes rusas que albergarán el Mundial del próximo año, pidió a sus habitantes que se marchen de la ciudad durante el torneo internacional y que no golpeen a los hinchas extranjeros.
Durante la Copa del Mundo, que se celebrará en Rusia del 14 de junio al 15 de julio, los habitantes de Kaliningrado (un enclave situado entre Polonia y Lituania) "deben ser hospitalarios y amistosos y no golpear a nadie", declaró Alexandre Yaroshuk a la emisora Komsomolskaya Pravda de la región. "Si hablan inglés, ayuden a los turistas, aconséjenles, hablen con ellos", añadió.
El alcalde recomendó a sus conciudadanos que se marchen de la ciudad "a descansar al campo" durante el Mundial. "La ciudad estará llena de gente, los desplazamientos serán difíciles, prácticamente prohibidos salvo para los autobuses que transporten a los aficionados", justificó.
En Kaliningrado están programados cuatro partidos del certamen en el nuevo estadio cuya construcción tiene que acabar antes de fin de año y que tendrá 35.000 localidades. "Vendrán a nuestra ciudad entre 70.000 y 100.000 turistas. Todos, obviamente, no irán al estadio", aseguró Yaroshuk, quien precisó que al menos uno de los partidos en su ciudad enfrentará "a dos selecciones europeas de alto nivel".
Enfrentados habitualmente al problema de la violencia en el fútbol, las autoridades rusas han redoblado esfuerzos con el fin de controlar a los hooligans durante la Copa del Mundo.
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