Los sonidos de los bombazos en Agdam, hoy una ciudad fantasma del suroeste de Azerbaiyán, todavía retumban en sus oídos. Rashad Sadigov y Gara Gariyev son dos de los miles de refugiados azeríes que tuvieron que emigrar hacia el este e instalarse en Bakú, capital del país caucásico, producto del conflicto bélico con Armenia por el territorio Nagorno Karabag.
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Estos dos jóvenes no abandonaron el sueño de ser futbolistas pese a la adversidad y hoy entraron en la historia del fútbol de Azerbaiyán, al formar parte del equipo titular del Qarabag, que consiguió el primer punto de un conjunto azerí en una fase de grupos de la Champions League. Y fue nada menos que ante un rival de la talla del Atlético Madrid.
La guerra duró desde 1988 hasta 1994, un año después de que los Jinetes jugaran su último compromiso oficial en el estadio Imarat, derrumbado en ese entonces y puesto en manos de la República independiente de facto de Nagorno Karabag. Hoy llaman a esta entidad que hizo historia en la Liga de Campeones el Club de los Refugiados, y el equipo hace de local en el Olímpico de Bakú.
"El conflicto bélico está presente en la vida del club, tenemos dos jugadores que vivieron muy de cerca la guerra. El capitán (Sadigov) y Gariyev", relata el preparador físico, Rubén Sellés. Y detalló: "Gariyev se crió en un campo de refugiados, era un niño que jugaba al fútbol donde podía. Sadigov es otro refugiado".
Las heridas aún están abiertas en el ahora deshabitado pueblo de Azerbaiyán y también en el Qarabag, que representa a su nación en un certamen de primer mundo como lo es la Champions. Allahverdi Bagirov es un héroe nacional para los azeríes. ¿Quién fue? Era el técnico del equipo de Agdam hasta que dejó el fútbol para encomendarse a tareas militares. Y perdió la vida en la guerra.
El plantel actual cuenta con el español Dani Quintana, quien defiende sus colores desde 2015 y retrata a la institución y cómo es su vida allí: "La ciudad es supermoderna y este club es el más serio de todos en los que he jugado". Antes, experimentó en la cantera del Valencia, el ascenso español, el fútbol polaco y también el árabe.
Los propios futbolistas afirman que no existen los atrasos salariales porque el país cuenta con el petróleo como principal fuente de ingresos y el club recibe la inyección económica de un conjunto de empresas de alimentos. Hoy tiene estadio propio para disputar los partidos por la liga local y una construcción contigua de primer nivel en la que el plantel concentra y se entrena habitualmente.
Sadigov y Gariyev: de pertenecer a una ciudad que dejó de existir, a formar parte del Barcelona del Cáucaso, tal como apodan al Qarabag.
Fuente: El País
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