La segunda sesión de entrenamientos libres del Gran Premio de Malasia no culminó en tragedia de milagro. A poco para la finalización de los ensayos, el piloto de la escudería Hass Romain Grosjean sufrió un accidente a 300 km/h.
El Mercedes de Valtteri Bottas levantó una tapa de alcantarilla mal sellada y situada en pleno piano. La Ferrari de Kimi Raikkonen pudo evitarla, pero no el Haas de Romain Grosjean. El europeo perdió de inmediato el control del monoplaza al sufrir un súbito pinchazo en uno de sus neumáticos, lo que lo mandó directo hacia el muro de contención.
Afortunadamente, el piloto no sufrió ningún daño y pudo salir por sus propios medios del vehículo. "Sentí un impacto en la rueda trasera, de algo ajeno al coche", sostuvo.
"Perdí la línea de la trazada y el control del coche. Espero que podamos tener un buen vehículo para el fin de semana. Yo me encuentro bien", aseguró Grosjean en declaraciones que reproduce ABC.
Tras descubrir la causa del accidente, las autoridades dieron por finalizada la jornada y se dedicaron a estudiar los estados del resto de las alcantarillas.