Nasser El Sonbaty, el fisicoculturista intelectual que reveló el lado más oscuro de la disciplina

El uso de esteroides en el deporte y la manipulación del resultado en las competencias. El alemán fue víctima de una carrera llena de estafas. Tenía todo para ser el mejor, pero su intelecto le jugó en contra

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"Deporte más educación, siempre supe que era la mejor combinación posible", aseguraba Nasser El Sonbaty, "El mago de la verdad", en una entrevista antes de morir. Un fisicoculturista de padre egipcio y madre yugoslava que supo fusionar el intelecto y los músculos, una mezcla, que por más buena que sea, le trajo problemas durante toda su carrera.

Participó en 53 concursos durante 22 años, ganó seis y quedó entre los primeros tres puestos en 33 de ellos. Nunca consiguió el Mr. Olympia (competencia más importante), aunque debió hacerlo. Quizás, su enojo por la adulteración de los resultados lo llevó a contar los secretos más oscuros del deporte.

"Nunca quise ser culturista. No quería estar demasiado musculado ni lleno de venas, hasta que un día me preguntaron si había competido alguna vez, eso despertó el fisicoculturista que llevaba adentro", relataba el deportista más polémico de la historia en 2009.

Poseía una genética privilegiada, tanto en lo físico como en lo intelectual. Su padre, se había encargado de brindarle una sólida educación. Competía mientras estudiaba. En 1992 se licenció en Historia, Ciencias Políticas y Sociología. Además, dominaba siete idiomas: serbio, inglés, árabe, francés, italiano, español y alemán.

A su vez, comenzaba una carrera intachable dentro del fisicoculturismo profesional, lo que lo llevó a debutar en el evento más importante de la disciplina dos años más tarde. Quedó séptimo, pero todo hacía suponer que en pocos años reinaría en lo alto del Mr. Olympia.

Llegó 1995 y con él una oportunidad única para destronar a Dorian Yates, ya que fue uno de sus años más prolijos. No lo logró, vio como los jueces le otorgaban la tercera posición, fue allí donde empezó a comprender que todo era una farsa. En 1996 volvió a ocupar la misma posición, pero además fue descalificado por dar positivo en la prueba de diuréticos.

Un año más tarde explotó de rabia al perder nuevamente, cuando presentaba un físico "sin fallas": "Me ha ganado un hombre con un vientre de una embarazada de seis meses. Ha sido el mayor atraco del siglo 20. No tengo ninguna duda sobre lo que sucede en este deporte".

A medida que pasaron los años sus puntuaciones seguían bajando. Los jueces no querían entregarle el premio más importante de todos a un fisicoculturista pensante, hasta que en 2005 puso punto final a su carrera, sin antes revelar los secretos más oscuros.

"Los mandamases de este deporte exigían a los atletas a ponerse en una condición cercana a la muerte. En el culturismo hay una gran cantidad de atletas adictos a las drogas. Lo más triste de este negocio es que el 95% de los culturistas profesionales tienen que vender drogas, prostituirse, trabajar de seguridad o hacer porno para subsistir. Es un deporte gobernado por hipócritas que solo miran su beneficio", afirmaba en una entrevista con David Robson, un periodista especializado, en 2009.

"Dennis Jets estuvo a punto de morir por una dosis equivocada de insulina, Mustafa Mohammad por un exceso de diuréticos. Se necesita ser fuerte como un caballo para tomar 'megadosis' durante años y no enfermar. Aunque tengas todos los medicamentos del mundo, si no posees una buena genética, olvídate. En el culturismo la genética es clave", revelaba.

A pesar de haber admitido que tomaba diuréticos, anabólicos e insulína, entre otros, confesó que, "el culturismo es un deporte donde se encuentran muchos adictos a las drogas. Ellos son ex drogadictos y han entrado en el culturismo porque siempre han utilizado agujas y píldoras. Así que no hay frontera real entre ser un alcohólico, un fisicoculturista y un drogadicto."

"Que yo sepa, el 95 por ciento de todos los atletas en el culturismo profesional han utilizado Synthol de una manera u otra, pero si usted tiene todas las drogas de este planeta, y le falta la genética, la nutrición, el sistema de entrenamiento y la intensidad, usted no puede conseguir resultados", concluyó.

En 1997 terminó de comprobar que no existe la competencia justa dentro del culturismo: "Para ellos, yo era demasiado educado e inteligente y eso resultaba muy peligroso. Ahí querían culturistas con pensamientos de colmena, alienados, que no piensen por sí mismo".

"Hay múltiples razones por las que no gané. No querían darle a otro tipo no estadounidense el título más prestigioso de todos, porque subrayaría la inferioridad de los Estados Unidos", sentenciaba Nasser El Sonbaty, uno de los fisicoculturistas más intelectuales del deporte.

Los jueces, que según él se eligen a dedo, no se basan en lo que ven arriba del escenario, incluso llegó a confirmar que muchos "ya tienen elegido al ganador antes de que empiece la competencia".

En 2003 padeció de lipomas
En 2003 padeció de lipomas en los biceps, una lesión que lo dejó varios meses en cama.

El alemán terminó pagando las consecuencias de haber consumido esteróides a lo largo de sus 22 años de carrera, a pesar de haberse dedicado a dar charlas para concientizar sobre su uso después de su retiro.

En marzo del 2013 el mundo del culturismo, salvo una gran mayoría de miembros de la IFBB (International Federation of Bodybuilding and Fitness), lloraron su muerte. El fisicoculturista más inteligente de la historia sufrió una insuficiencia cardíaca congestiva y un fallo renal a los 47 años.

 

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