Una mala decisión puede cambiar todo por completo. No saber decir que no, sentirse inmortal y dejarse llevar por la euforia del momento, alentado por "los amigos del campeón", le quitaron más que los sueños a Len Bias, quien supo ser la némesis de Michael Jordan en la universidad y estaba llamado a reinar la NBA con su talento.
El 18 de noviembre de 1963 en Landover, una pequeña ciudad de Maryland, nació Leonard, el protagonista de esta trágica historia. Su amor por la pelota naranja comenzó a los ocho años, lanzando el balón por el pequeño gimnasio del Columbia Park. Su progresión continuó en el Instituto Northwestern, lugar donde su innato don no pasó desapercibido.
Su gran nivel le acercó varias opciones de universidades, pero él prefirió seguir cerca de sus afectos y desarrollarse en su Maryland natal. Entre 1982 y 1986 fue uno de los monarcas, mejorando sus estadísticas hasta lucir números de excelencia que le permitieron estar en la mira de varias franquicias de la NBA.
Pasó de anotar 7.2 puntos de promedio por partido en su temporada como freshman (término utilizado para describir a un estudiante de primer año) a 18.9 en la tercera, para acabar encestando 23.2 en la cuarta y última. Estos dos últimos registros le valieron ser merecedor del premio que se entregaba al mejor jugador del año en la Atlantic Coast Conference.
Un punto de inflexión dentro de esta meteórica y efímera carrera fue el 12 de enero de 1984, cuando North Carolina enfrentó a Maryland. O mejor dicho, cuando Michael Jordan estuvo cara a cara con Len Bias. Su Majestad afrontaba su última temporada como universitario y ya había optado por dar el salto a la NBA, pese a haber nacido en el mismo año que Leonard.
La prensa los enfrenó constantemente (aunque uno era alero y el otro escolta) y catalogó este compromiso como el choque entre dos jugadores que marcarían una época en la elite del básquet mundial. El juego fue para los de MJ, quien anotó 21 puntos y bajó 12 rebotes. Bias también sobresalió, con 24 anotaciones.
Aún le restaban dos años como universitario, pero ofertas no le faltaron. Franquicias como los Warriors y los Knicks lo tentaron para que dejara el campus y optase por ser profesional. Pero un llamado telefónico lo convenció de continuar su carrera: del otro lado del teléfono estuvo Red Auerbach, amo y señor en Boston Celtics.
Le solicitó que esperase hasta 1986, debido a que recién para esa fecha los Celtics, flamantes campeones de la NBA, tendrían un pick alto en el draft para poder elegirlo. Para conseguirlo, traspasaron a Gerald Henderson a los Supersonics -más una suma de dinero- a cambio de la segunda elección.
En el mítico Madison Square Garden, sentado junto a su padre, James, un tembloroso Len aguardaba inquieto el resultado del draft. Ese 17 de junio de 1986, Brad Daugherty fue elegido por Cleveland Cavaliers en el puesto uno, lo que liberó el camino para que Bias llegase a los de Massachusetts.
Tras ser presentado en la franquicia más ganadora de la liga y firmar un contrato de exclusividad con Reebok por 1. 6 millones de dólares por cinco temporadas, este joven decidió volver a casa para celebrar con los suyos. En la madrugada del 19 empezó su trágico final, solamente dos días después de su momento más feliz. Los constantes elogios que recibía lo levantaron y le hicieron creer que era un dios, un todo poderoso.
A las tres de la mañana, en el Washington Hall, la residencia universitaria en la que se hospedaba, Len Bias quiso descontrolarse antes de sumergirse a la estricta exigencia y disciplina que implica ser un deportista de elite. Decidió consumir cocaína. Joven, inconsciente, pensó que nada le podría pasar…
Anomalías en su pecho fueron las señales que su cuerpo le envió para decirle que esto no iba a acabar bien. Se marchó a su habitación, pero sus pies no coordinaban como debían y su mente no se encontraba en el mismo lugar físico. Parecía ser un autómata.
Se sentó en su cama, buscando tranquilizarse, pero en ese instante comenzaron las convulsiones. Mientras disputaba el partido más difícil de su vida, por su cabeza no paraban de girar los recuerdos de su ascendente carrera. Cuando recibió atención médica, Len se encontraba inconsciente y no respiraba. Intentaron reanimarlo y le inyectaron epinefrina, pero la parca ya se lo había llevado.
Cuatro días después de su muerte, más de diez mil personas acudieron al Cole Field House, el pabellón de los Terrapins de Maryland ,donde Bias deslumbró al mundo con su agilidad, para darle el último adiós.
Ley 'Len Bias':
El Congreso de Estados Unidos, a raíz del trágico final de este deportista, aprobó en 1988 una estricta ley antidroga que fue mayormente conocida como la ley Bias.
La desgracia nuevamente azotó a la familia Bias:
En 1990, Jay, el hermano de Len, fue tiroteado en un estacionamiento de Hyattsville. En vez de derrumbarse, sus padres tomaron fuerza para transformarse en activistas. James Bias es un defensor del control de armas, mientras que Lonise da conferencias y es asesora en contra del consumo de estupefacientes.
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