Terror, pasión, ambición, avaricia, sangre y violencia. Una suma de condimentos que hacen a este combo explosivo una historia digna de ser contada en Hollywood.
Wimbledon, el tercer Grand Slam del año, es el certamen de tenis más antiguo y prestigioso del mundo. Sin embargo, este "deporte de caballeros" cuenta con una mancha, con un nombre que preferirían olvidar y quitar de los libros: Vere Thomas St. Leger Goold.
Durante la Belle Epoque, el tenis comenzó a instalarse como uno de los juegos predilectos dentro de la alta sociedad europea. Uno de los torneos más importantes por aquel entonces era Wimbledon, cuya reglamentación exigía a sus participantes "conducta intachable y residir en buenas direcciones".
Vere Thomas, a sus 25 años, fue aceptado en la competencia. En 1879, este joven irlandés contaba con fama de boxeador y venía de ser campeón del Irlanda Lawn Tennis. El certamen de esa edición se llevó adelante bajo la modalidad "Challenge Round" (los participantes disputaban un torneo y el vencedor se adjudicaba el derecho a disputar la final ante el campeón defensor).
Como Frank Hadlow, ganador en 1878, no estaba en condiciones de defender su corona, la "All Comers" (el último cruce previo a la final) dictaminó al vencedor de esa edición. John Hartley, clérigo de la Iglesia Anglicana, se impuso ante Vere Thomas por 6-2, 6-4 y 6-2.
Aunque antes de este encuentro el protagonista de esta historia se había alzado con el South of Ireland Championships y Waterford (en dos ocasiones), esa derrota le marcó un quiebre como tenista. Salvo una final en Cheltenham, nunca más volvió a sobresalir en algún torneo y en 1885 decidió ponerle punto final a su carrera como deportista.
Su vida personal influyó en este declive: cayó en el alcohol y las drogas, según los relatos de la época. En el mismo año de su retiro conoce en Londres a Marie Giraudin, quien luego sería su mujer en 1891.
Pese a sus distinguidos apellidos, Vere St. Leger Goold sólo podía acceder a un ínfimo porcentaje de la fortuna familiar.
En 1897 la pareja se trasladó a Canadá, pero en 1903 retornaron a Europa y en 1905 hicieron base en Francia. Para ese entonces se hacían llamar Sir Vere Thomas y Lady Goold, con el objetivo de conseguir financiamiento para "hacer saltar la banca" del Casino de Montecarlo. El plan parecía maestro, pero les faltaba un ingrediente clave: dinero.
La persona que cayó en la trampa de la pareja fue Emma Levin, una adinerada viuda sueca. Pese a contar con el monto necesario, el supuesto "sistema" que habían encontrado fracasó. El ex tenista volvió a solicitarle un préstamo a esta señora, pero a finales de agosto de 1907 mantuvo una fuerte discusión con Madame Castellazzi, íntima amiga de Levin, quien la alertó de las verdaderas intenciones de Vere Thomas y su mujer.
A raíz de esta pelea, la pareja decidió abandonar Montecarlo y marcharse en el primer tren rumbo a Londres. En simultáneo, Castellazzi alertó a la policía de la desaparición de Levin.
Los investigadores encontraron la habitación de la mujer empapada en sangre, sumado a un martillo y una sierra. Al mismo tiempo, unos empleados de la estación de tren advirtieron que una de las maletas de Sir Thomas y Lady Goold goteaba y emitía un olor nauseabundo. Dentro de sus valijas se encontraba el cadáver descuartizado de la acaudalada Levin.
Vere Thomas acusó a Castellazzi, al afirmar que los hechos sucedieron cuando él le estaba pidiendo otro préstamo a la señora Levin y ella durante un ataque de celos la mató. Aludieron que sólo trataron de ocultar el cadáver para no verse involucrados. Por su puesto, la policía nunca les creyó.
Esta ambiciosa e inescrupulosa pareja logró escapar de la guillotina, pero su destino no fue mucho más favorable. Vere Thomas fue condenado a cadena perpetua en la colonia penal tropical de la Isla del Diablo (ubicada actualmente en la Guayana Francesa), donde se suicidó en 1909. Marie Giraudin, en cambio, en un primer momento fue condenada a muerte, pero finalmente fue sentenciada a cadena perpetua. Falleció en la cárcel de Montpellier, en 1914.
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