Se trata de los dos primeros casos en Holanda después del escándalo que sacudió al fútbol inglés a finales de 2016, cuando Andy Woodward, exfutbolista del Sheffield Wednesday, había revelado que sufrió abusos sexuales por parte de un antiguo técnico, desencadenando cientos de denuncias similares.
El primero de ellos concierne al club PSV y se produjo en los años 60, cuando el denunciante, que entonces tenía ocho años, habría empezado a ser objeto de abusos por parte de uno de los responsables educativos del equipo.
Según su testimonio, los abusos se producían con frecuencia después de los entrenamientos en un bosque cercano a las instalaciones del club juvenil.
El hombre, que desea preservar el anonimato, informó esta semana por primera vez de los hechos al director del PSV, Toon Gerbrands, y al director de operaciones, Peter Fossen, a quienes desveló que puede haber otros jóvenes que hayan sido víctimas de los abusos.
Por otra parte, el caso relativo al Vitesse se produjo en 1996, cuando un jugador de 12 años sufrió abusos sexuales por parte del líder de su equipo, quien lo retuvo con él durante una noche, según relató al diario holandés.
En esta ocasión la dirección del club tuvo conocimiento de los hechos y despidió al responsable, que fue también condenado a seis semanas de prisión, pero el equipo no hizo público el incidente.
La víctima, Renald Majoor, dejó de jugar a los dieciocho años por las consecuencias psicológicas del abuso.
El director del PSV, Toon Gerbrands, y el del Vitesse, Joost De Wit, se han disculpado con las víctimas y han instado a los ex jugadores de sus clubes a informar sobre casos similares.
La Real Federación de Fútbol de Holanda (KNVB) también solicitó a todos los ex futbolistas que hayan sido víctimas a denunciar. En Inglaterra, apenas tres semanas después del paso adelante de Woodward se registraron más de 350 denuncias similares.
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