Todo parecía normal cuando aquel 3 de noviembre del 2015, el ex remero canadiense Harold Backer le avisó a su esposa que iba a dar un paseo en bicicleta. Sin embargo, ésa fue la última vez que se vieron hasta hoy.
Pasaron un año y cinco meses sin que se supiera nada de él. Su mujer alertó a la policía y sus amigos hicieron una página de Facebook, "Finding Harold Backer". El ex atleta había sido visto por última vez en Port Angeles, a 80 km de su hogar, con su bicicleta.
Hace dos días, el hombre de 52 años, quien compitió en los Juegos Olímpicos de 1984, 1988 y 1992, se presentó en la ciudad de Victoria, más precisamente en el edificio policial, en donde permanece bajo custodia por diferentes acusaciones de fraude.
Además de ser un ex atleta olímpico, Backer también era un corredor de inversiones que "trabajaba" en su compañía privada: My Financial Backer. "Mis inversores han sido mis amigos y he hecho una cosa terrible a mis amigos", escribió en una carta que obtuvo el Victoria Times Colonist, durante su larga ausencia.
En esa carta, el oriundo de Selkirk también reveló haber estado usando un esquema "piramidal", en donde pagaba a sus inversionistas con fondos de otro cliente.
"Si admitir fraude ayudara a restablecer las pérdidas, aceptaría la pena", reconocía en la carta mostrando su arrepentimiento. A causa de sus malas decisiones, puso a disposición su póliza de seguro de vida, "con un valor nominal de 1,5 millones de dólares" .
"Esta cantidad debe dividirse entre mis inversores de una manera pro-clasificada. Esto debería cubrir casi toda la cantidad pendiente", detallaba.
Please help @vicpdcanada @PAPOLICE Help locate Harold Backer. #findingharoldbacker https://t.co/1zL6U3yvva pic.twitter.com/5esbGxPhUG
— findingharoldbacker (@bringharoldback) November 12, 2015
"Siento que me han pateado, absolutamente pateado en la ingle", exclamó uno de sus clientes en el documental Golden Boy: La desaparición de Harold Backer, después de perder 800 mil dólares que ahorró de jubilaciones y dinero heredado.
Boris Klavora, ex entrenador del remero, también se vio perjudicado con la misma cantidad de dinero. "Mi esposo dijo que lo visitaría en la cárcel, lo miraría a los ojos y le preguntaría de qué pasó", dijo su esposa Betty.
"Fue una sorpresa su llegada", manifestó el portavoz de la policía local, sobre el el ex remero olímpico quien era alagado por sus allegados como un hombre tranquilo, inteligente y excepcional.