"Simulé ser un entrenador que quería contactar con un médico ruso en busca de una sustancia indetectable. Viajé a Moscú con una barba postiza, me encontré con él y grabé la conversación con una cámara oculta. Luego me esperó para darme una muestra y me dijo: 'Son 100.000 dólares'", relató el periodista alemán Hajo Seppelt, quien explicó este viernes en Madrid cómo empezó a investigar el posible escándalo de dopaje en Rusia.
Seppelt recordó que aquel viaje a Rusia, dos meses antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014, fue "como estar en una película o en un cuento de espías".
"El científico era una persona muy abierta. Me dijo: 'Es una sustancia fantástica, indetectable, y no pueden ni intentar tener el control para detectarla'", agregó.
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— AEPSAD (@AEPSAD) February 17, 2017
Según recordó, citó al médico en una estación y lo esperaba "con un típico gorro ruso" y en un coche enorme. "Aquí tienes una muestra", le indicó. Seppelt le dijo que la probaría para ver si funcionaba y le hizo algunas preguntas tontas para tener más tiempo de grabación.
Al regresar a Alemania, comprobaron en el laboratorio que la sustancia no podía detectarse. "Con eso habría podido dopar a todo el equipo alemán. Publiqué la noticia en la televisión alemana justo antes de Sochi", comentó el periodista.
Cómo inició Hajo Seppelt su investigación sobre el dopaje en Rusia
Todo comenzó cuando Seppelt recibió en 2010 un correo electrónico de un científico de Viena que participaba en un congreso allí y le informaba que otro científico de Moscú iba a hablar de la hormona de crecimiento mecánico (MGH) para uso médico, de eficacia increíble e imposible de detectar.
"Investigamos a este hombre y esto es lo que nos llevó a Rusia años más tarde y fue fundamental para conocer a los Stepanov. Una persona importante de una organización deportiva me preguntó si me interesaba más información sobre Rusia. Me dijo: 'Hay dos personas que viven en Moscú y quieren hablar contigo, pero ellos se pondrán en contacto contigo'", narró sin facilitar nombre.
El primer correo de Vitaly Stepanov lo recibió en marzo de 2014 y Seppelt viajó de nuevo a Moscú. "Nos reunimos en un bar y me contó todo. Fue sorprendente oír a un ex trabajador de la agencia antidopaje rusa decirme que ésta era una agencia prodopaje. 'Cubrimos la historia para hacer lo contrario de lo que debemos', me contó. Había hecho grabaciones ocultas y nunca me pidió dinero".
Para Seppelt, Vitaly Stepanov y su esposa Yuliya, atleta, "han sido los informantes más importantes del deporte porque han contribuido al deporte limpio". "Han sido muy valientes y cada vez han tenido una mayor red de apoyo".
Durante las reuniones que tuvo con ellos en 2014, el periodista relató que hablaron de lo arriesgado que podía ser para ellos denunciar cosas que se hacen mal en Rusia, por lo que los invitó a Alemania para ver si alguien los podía ayudar cuando abandonaran Rusia.
"Me pidieron que sólo emitiera la entrevista cuando ellos hubieran salido del país. Dejaron Rusia a finales de noviembre, pero no fueron directamente a Alemania. El programa, de 60 minutos, lo emitimos el 3 de diciembre en hora de máxima audiencia. Nadie creía que pudiésemos", contó el periodista.
La lucha de Hajo Seppelt contra las amenazas
Seppelt admitió haber recibido amenazas, igual que el matrimonio Stepanov, y rememoró que ha llegado hasta aquí por su empeño en que el periodismo deportivo no se quede únicamente en los resultados.
Ese empeño lo dejó sin su trabajo de comentarista deportivo de la ARD alemana durante seis meses, aunque, en 2007, la cadena decidió crear un departamento de investigación de dopaje y le planteó volver.
"Trabajamos con libertad, confianza y sin presión para producir a corto plazo. Hemos publicado informaciones sobre China, Corea del Norte y Kenia. No todas nuestras noticias llegan a ser muy grandes porque el sistema antidopaje es muy complicado, pero la gente se ha dado cuenta de que somos diferentes, no mejores, sólo críticos", concluyó Hajo Seppelt.
Con información de EFE