“Fui a cirugía pero siempre se mantenía el pronóstico de que me quedaban pocos meses de vida. Creí eso y seguí creyéndolo. Creo que me queda un número x de meses y así vivo”, escribió en su libro Simple y consciente la actriz y modelo argentina Silvina Luna, que murió hace un año,, con tan solo 43 años.
En 2011, la actriz y modelo se sometió a una operación de glúteos realizada por el cirujano estético Aníbal Lotocki, quien utilizó metacrilato, una sustancia prohibida por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), comúnmente empleada como “cemento” para prótesis de cadera y piezas dentales. A partir de esa intervención, su salud comenzó a deteriorarse.
Simple y Consciente
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En el libro, la actriz relató el impacto de su diagnóstico: “El día que me dieron el diagnóstico, subí a mi auto, en ese momento vivía en México, y todavía no puedo recordar qué pasó en esas dos horas después de que salí de la clínica. Me despertó de ese trance el llamado de una amiga preocupada porque yo no contestaba el teléfono. (...) Después de mucho tiempo empecé a preguntar cuál era mi vocación, qué sentido tenía mi vida y ahí comencé a aceptar todo”.
Además, reflexionó sobre su experiencia: “Siempre tuve problemas con la autoestima. Quienes me conocen saben hasta qué punto pagué por ese punto débil. Tomé una mala decisión cuando me sometí a una cirugía que no necesitaba”.
El abogado Fernando Burlando, representante de la ex participante de Gran Hermano y protagonista de espectáculos teatrales, confirmó su fallecimiento, noticia que se hizo pública cuando Flor de la V lo anunció en el programa Intrusos: “Silvina ya no está más con nosotros”.
Este año Gabriela Trenchi, otra víctima de Lotocki, también publicó un libro narrando su recorrido. Cuerpos envenenados es un testimonio desgarrador y documentado con imágenes. “Fuimos sus conejillos de Indias. Era el doctor Frankenstein y quería esculpir nuestros cuerpos a su propio antojo, acudiendo a compuestos tan mágicos como ilegales”, dice allí Trenchi. No muy diferennte de la experiencia que habia contado Luna.
Así empieza “Simple y consciente”
En el presente, plena, lista para emprender todas las aventuras que resuenen en mí y que se alineen con la que soy, con quien estoy siendo ahora. Pero fue todo un viaje llegar hasta aquí y lo cuento en este libro.
Por fin me animé. No fue fácil. En Simple y Consciente abro mi corazón, me muestro, y siempre tuve problemas con la autoestima. Quienes me conocen saben hasta qué punto pagué por ese punto débil. Tomé una mala decisión cuando me sometí a una cirugía que no necesitaba, porque quería verme mejor, más sexy, más acorde al estereotipo de belleza que se imponía en los medios. Esa elección, de la que me hago cargo, arruinó mi salud: cada tanto tengo que internarme y desde hace ocho años tomo corticoides todos los días para equilibrar los efectos que aquella mala praxis provocó en mí.
Mi aspecto cambió. Al principio, me costaba reconocerme, pero hoy, gracias a un trabajo interno y a una búsqueda espiritual muy intensa, aprendí a gustarme de nuevo, a enamorarme de mí misma y a celebrar mi belleza sin reparos, porque es un don que recibí y quiero honrarlo.
Cuando me llegó la propuesta de subir contenido erótico a un sitio para adultos, acepté. En parte, por diversión, para darle vida a esa Silvina a la que le encanta jugar. Pero también como un paso más en este proceso de autoconocerme y liberar todas mis facetas. Así como me gusta mostrar mi recorrido espiritual, también quiero mostrar mi belleza física, porque es tan parte de mí como lo otro.
Hoy me encuentro fuerte, segura, más guerrera que nunca. Me miro al espejo y me acepto, me gusta lo que veo.
Hoy hago lo que tengo ganas de hacer, me siento libre y me quiero más que nunca.
No me da vergüenza ser como soy. Es más, estoy orgullosa de mí.
Me cuido, escucho a mi cuerpo y a mi alma. Incorporé muchas rutinas saludables para brindarme bienestar.
Me escucho a mí misma y trato de no dejarme arrastrar por las críticas, los prejuicios, las exigencias del afuera.
Pero este libro no es sobre mí. El propósito es compartir y acercar aprendizajes. Quiero contagiar alegría y deseos de transformación.
Este libro nace a la orilla de muchas cosas: de una pandemia, de un proceso de cambio, de una nueva forma de pensarme. Y a la orilla del mar, por supuesto, que tanto tiene que ver conmigo. Siempre en movimiento, siempre transformador. Y libre, sobre todo, libre. Cada marea hace que piense en mi vida, en mis decisiones y elecciones, en los cambios que atravesé y los que tengo por delante.
Camino. Respiro. Pienso en mi pasado y me reconcilio con cada situación que viví, incluso —o especialmente— las más dolorosas. Le doy las gracias a mi pasado porque me trajo hasta acá. Y disfruto este presente donde encuentro plenitud, paz, felicidad y que me permite, por fin, reunir fragmentos de mí misma que estaban dispersos.
Y agradezco.
Una y otra vez.
Es un día radiante.
Camino.
Disfruto cada paso que doy y lo hago a conciencia. Quizá la pandemia tiene mucho que ver con este descubrimiento del placer en las cosas más simples.
Pienso en el próximo paso de este cambio mío, en cómo reflejarlo.
Una de las formas es este libro, que imagino como un momento placentero para quien lo lea, una invitación y también un encuentro. Lo imagino como el mar, con movimientos. Y a corazón abierto.
Mi deseo es que ayude a mucha gente a iniciar un proceso de cambio positivo. Quiero contribuir, colaborar, dejar mi aporte, por pequeño o grande que sea, inspirar.
Cuerpos envenenados: La víctima que logró vencer al cirujano Aníbal Lotocki
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Por eso voy a compartir mis experiencias, las más oscuras y las más luminosas (porque están relacionadas), y al fin poder integrarlas. También los aprendizajes que hoy me permiten vivir de una manera más simple, conectada con lo que me rodea y, fundamentalmente, conmigo misma, con mi esencia más genuina.
Y quiero, sobre todo, que la lectura de Simple y Consciente produzca bienestar, energía, ganas de estar mejor y valentía para transformarnos.
A eso te invito, a caminar conmigo, lentamente, disfrutando de este sol cálido, la brisa suave, la arena bajo nuestros pies, el mar… Los cuatro elementos de la naturaleza en perfecto equilibro. La tierra, para estar conectada; el aire, para respirar; el fuego del sol, para iluminarnos; y el agua, para limpiar y purificar todo. Nosotros, despiertos, conscientes, con el corazón templado y dispuestos a vivir en estado de aprendizaje. ¿Cuántas cosas perdemos en el vértigo del día a día siguiendo mandatos ajenos? ¿Qué tan conectados estamos con nuestro niño o niña interior? ¿En qué momento se apagó ese entusiasmo que nos permitía gozar del presente como cuando éramos chicos?
Simple y Consciente es una invitación a revisar esas preguntas. También es una propuesta para dar esos primeros pasos, pequeños y sencillos, y así empezar un camino que nos permita rediseñarnos y disfrutar de una vida libre, simple y consciente. Así que te cuento de qué se trata.
Para recuperar la alegría de vivir, la plenitud, es necesario revisar el pasado, reconciliarnos, abrazar dolores y pérdidas. La primera parte del libro está dedicada a eso: a entrar en contacto con la historia personal, con esos momentos duros que dejaron una huella y generaron un mecanismo que nos impide fluir en el presente. En este tramo del libro abro mi corazón y reviso la relación con mis padres, mis primeros pasos en los medios, amores, viajes y, sobre todo, esas malas decisiones que complicaron mi salud. Sin juzgar, sin señalar errores, tomando responsabilidad, la propuesta es analizar esos nudos del pasado con una mirada compasiva, amorosa, que permita rescatar un aprendizaje.
De eso se trata: aprender siempre, estar abiertos a lo que la vida nos entrega. En la segunda parte del libro, comparto mi propio camino de aprendizaje, gran parte del cual tuvo lugar en ese paraíso que es Bocas del Toro. Cuento el nacimiento de Simple y Consciente, la forma de vida que elegí, las personas que compartieron su sabiduría, las nuevas rutinas saludables que incorporé y que van mostrando mi recorrido hacia la transformación personal. Y aquí me pienso como un puente entre esos guías espirituales que me marcaron y ustedes, lectores y lectoras.
En la tercera parte doy un paso más: el taller “Cómo vivir una vida libre, simple y consciente” es el corazón de este libro, allí está plasmado lo que aprendí, con una nueva impronta, mía, personal, desde la humildad y también desde el deseo de que todos aprendamos a celebrar la vida y vivirla en libertad, con sencillez y a conciencia. La intención en abrir posibilidades, expandir y decirle sí a todo lo que la vida nos propone.
¡Vamos!