El escritor checo Milan Kundera falleció este miércoles en Francia a los 94 años de edad, informó la emisora pública Radio Praga.
El prosista, dramaturgo y poeta, que desde los años 1980 escribía en idioma francés, alcanzó fama mundial en la segunda mitad del siglo XX con obras como “La insoportable levedad del ser”, “La broma” y “El festín de la insignificancia”.
El escritor, nacido el 1 de abril de 1929 en Brno, al sureste de la República Checa, vivía exiliado en Francia con su esposa Vera desde mediados de los años 1970.
En 1979, el entonces régimen comunista le retiró la nacionalidad checoslovaca aunque dos años más tarde el entonces presidente galo, François Mitterrand, le concedió la nacionalidad francesa.
El primer éxito de Kundera fue “El libro del amor ridículo” en 1969.
El punto cumbre lo alcanzó en 1984 cuando salió “La insoportable levedad del ser”, considerada su obra maestra y que llegó al cine. El libro narra la fragilidad del destino de una persona, resaltando cómo la vida de un solo individuo carece de importancia dentro del concepto del eterno retorno de Friedrich Nietzsche. Su profundidad filosófica realmente conmueve.
Siguieron los premios, también las obras. El de Jerusalén en el 85, por destacarse en la lucha por la libertad dentro de la sociedad actual, y el Premio Nacional Checo de Literatura, por nombrar dos más. Su última obra es “La fiesta de la insignificancia”, publicada en 2014. Como suelen ser sus textos, mezcla ensayo, introspección y teología dentro del género clásico de la novela.
Los papiros, la crítica y sobre todo el gran público lo han puesto en lo más alto de las letras contemporáneas.
Kundera aceptó en 2019 de nuevo un pasaporte checo y las autoridades checas le pidieron perdón por el trato que recibió de la dictadura comunista.
Desde los años 1980 recibió numerosos premios, desde el Médicis, por la mejor novela extranjera publicada en Francia, el Commonwealth de EE.UU., el Europa o el Jerusalén, además, su nombre ha sonado en varias ocasiones para el Nobel.
Tras la transición democrática checoslovaca, Kundera publicó en 1993 en su país natal “La inmortalidad”, lo que supuso un reencuentro literario amistoso con su nación, pero algo efímero.
Su pasado checo lo ha perseguido con alguna polémica, como si fuera el personaje de alguna de sus propias novelas.
En 2008 el Instituto checo para el Estudio de los Regímenes Totalitarios lo acusó de delatar en 1950 a un espía que acabó durante 14 años en prisión.
El escritor rompió entonces su silencio -con un comunicado- para calificar las acusaciones de “puras mentiras”.
(Con información de EFE)
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